Los signos de derrota de la revolución libia

Condenamos esta resolución internacional y rechazamos totalmente cualquier intervención extranjera en Libia, tome la forma que tome, especialmente una intervención francesa.

Francia, que vendió a Gadafi armas por valor de billones de euros, armas que él emplea ahora para hacer volar a los libios, la misma Francia que no detuvo esos acuerdos hasta hace tres semanas.

Condenamos esta resolución internacional, si se lleva a cabo. Y rechazamos totalmente cualquier intervención extranjera en Libia, tome la forma que tome, especialmente una intervención francesa.

 

Francia, que vendió a Gadafi armas por valor de billones de euros, armas que él emplea ahora para hacer volar a los libios, la misma Francia que no detuvo esos acuerdos hasta hace tres semanas.

 

Condenamos esta intervención que transformará a Libia en un verdadero infierno, incluso más que ahora. La intervención también quitará la revolución de las manos de los libios, una revolución que les ha costado miles de muertes hasta ahora.

 

Y una intervención que dividirá además a la resistencia libia.

 

E incluso si estas operaciones tienen éxito y Gadafi cae (o muere) como Sadam Husein, eso significará que habremos sido liberados por americanos y franceses, y puedo asegurar que nos lo recordarán a cada minuto.

¿Cómo podremos aguantar esto después? ¿Cómo podremos explicarles esto a las generaciones venideras, cómo podremos explicar los muertos que habrá por todas partes?

Seremos liberados de Gadafi sólo para convertirnos en esclavos de quienes lo armaron y fortalecieron durante todos esos años de violencia autoritaria y represión.

 

Tras el primer error –la militarización de la revolución popular-, ahora cometemos el segundo –el establecimiento de un nuevo liderazgo formado por personajes que salen de los resquicios del régimen de la jamahiriya libia-. Y nuestro tercer error viene de manera inevitable, y será pedir ayuda a nuestros enemigos. Sólo espero no llegar al cuarto: la ocupación y la llegada d elos marines.

 

Sarkozy y Francia son nuestros enemigos; son también enemigos de todo el Tercer Mundo. No ocultan su desprecio por nosotros. Todo lo que le preocupa a Sarkozy es ser reelegido el año que viene.

 

El hombre que organizaron la reunión entre Sarkozy y los representantes del consejo nacional interino no es otro que Bernard-Henri Lèvy, un filósofo charlatán, y para quienes no lo conozcan, un activista sionista que concentra todos sus esfuerzos en apoyar a Israel y defender sus intereses. La última vez que lo vimos fue en la plaza Tahrir, donde estaba para asegurarse de que en la revuelta juvenil no había cánticos contra Israel.

 

¿Qué se puede decir mientras esperamos a las bombas?

 

Porque las bombas no diferencian entre los progadafi y los que están contra él.

 

Las bombas colonialistas, como se sabe, sólo tienen un objetivo: defender los intereses de los comerciantes de armas. Le vendieron a Gadafi armas por valor de billones, y después les pedimos que las destruyeran… Entonces el nuevo Gobierno comprará más armas. Es una vieja y bien conocida historia. Pero hay gente que no puede aprender si no es volviendo a cometer los mismos viejos errores.

 

Dijo esto muy claramente: es un error estratégico muy peligroso; un error por el que pagará el pueblo libio, quizás durante muchos años. Más que los años que lleva en el poder Gadafi y su familia.

 

Llamo hoy, y ahora, unas horas antes de que se queme Libia y antes de que se convierta en otro Bagdad, llamo a todos los libios, a los intelectuales, artistas, licenciados, a todo el mundo, a todos los que saben y no saben escribir, a todos los ciudadanos, a rechazar esta intervención militar de EEUU, Francia y Reino Unido, y los regímenes árabes que la apoyan. Al mismo tiempo, llamo a todos los pueblos que nos apoyan, los egipcios, tunecinos, franceses, incluso chinos, a todos los pueblos del mundo; damos la bienvenida a su apoyo y simpatía.

 

Pero en cuanto a los Gobiernos, cualquiera que sea, no les pedimos nada, sino que nos dejen en paz, que acabemos por nuestra cuenta con el problema de Gadafi.

 

Saoud Salem
Anarquista libio

Traducido por Klinamen