GRECIA DESCUBRE A LOS CIENEURISTAS – El Correo

  • La reducción del desempleo de los dos últimos años se apoya en la proliferación de los denominados contratos flexibles

Carteles que llaman a una huelga en Grecia.
Carteles que llaman a una huelga en Grecia. / E. C.

Y. CHRYSSOVERGHIS

Siete años de crisis, una reducción drástica de salarios y el incremento exponencial del desempleo han convertido a Grecia en un laboratorio para la desregulación de un mercado laboral en el que han estallado los contratos basura y el empleo a tiempo parcial. A las casi 400.000 personas que trabajan por menos de 500 euros al mes se ha sumado un nuevo fenómeno: la generación de los cieneuristas. Se trata de 125.000 personas que trabajan unas pocas horas al mes y cobran menos de 100 euros mensuales, según el Ministerio de Trabajo.

En total, más 360.000 personas, el 22,5% de los asalariados, trabajan con contratos a tiempo parcial y cobran menos de 500 euros al mes, lo que equivale al salario mínimo interprofesional para los menores de 25 años. Desde 2014, este tipo de miniempleos representan más del 50% de los nuevos contratos. Antes de la crisis eran un 21%. Miles de personas que trabajaban a plena jornada fueron obligadas a firmar contratos flexibles para evitar ser despedidas. Según la agencia de estadísticas helena Elstat, en 2015 más del 70% de los que firmaron este tipo de contratos lo hicieron porque no tenían posibilidad de encontrar un puesto en mejores condiciones.

Pero la coyuntura no es mejor para los que trabajan a tiempo completo. Un millón de trabajadores (63% de los asalariados) cobran menos de 1.000 euros mensuales, en un país en el que la cesta de la compra no es barata. En una reciente rueda de prensa durante su visita a Alemania, la ministra de Trabajo, Efi Ajtsioglu, recordó que desde que Grecia firmó el primer rescate en 2010, el salario mínimo (586 euros brutos) cayó en un 22%, e incluso en un 32% para los menores de 25 años

Una mayor flexibilidad laboral es precisamente uno de los requisitos que han reclamado los acreedores de Grecia a cambio de cerrar la segunda evaluación del programa de rescate, cuyas negociaciones se retomarán en las próximas semanas.

Los datos de la explotación

Con estas cifras como telón de fondo, la reducción del desempleo de los dos últimos años adquiere una lectura distinta. Tras alcanzar en julio de 2013 un 27,9%, el porcentaje más alto tras la Segunda Guerra Mundial, la tasa empezó a descender en 2014, y en el tercer trimestre de 2016 se situaba en el 22,6%. «La reducción se debe en parte a la explosión de los contratos de trabajo flexibles», explica Jristos Gulas, director del Instituto de Trabajo de la Confederación General de Trabajadores de Grecia. Un análisis de Alphabank, uno de los principales bancos del país, atribuye la reducción del paro a que los desempleados aceptan condiciones que en el pasado consideraban inadmisibles.

La explosión del paro y del trabajo mal pagado ha tenido una repercusión nefasta sobre los ingresos de la Seguridad Social, que ha visto disparado su déficit en los últimos años.

Detrás de estos contratos «flexibles» frecuentemente se oculta la explotación de personas que en teoría han firmado un contrato a tiempo parcial pero en realidad trabajan a jornada completa. A mediados de diciembre una periodista con quince años de experiencia denunció que una página web le propuso trabajar nueve horas al día, más dos fines de semana al mes sin pagas extra, por 333 euros mensuales netos. Ante su reacción, el responsable de la página le contestó: «o lo tomas o lo dejas; hay centenares de candidatos».

La ministra de Trabajo admite que los datos recabados por los inspectores de trabajo indican que «detrás del incremento de los contratos flexibles a menudo se ocultan prácticas ilegales». Para combatir la situación, Ajtsioglu ha anunciado que reforzará el cuerpo de inspectores de trabajo en un millar de personas.

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