LA CNT ANTE EL RETO DE LAS NUEVAS RELACIONES LABORALES

  • Algunos de los últimos conflictos laborales en CNT están poniendo de manifiesto que la apuesta sindical que inició en el X Congreso de Córdoba en 2010, y que se consolidó el último XI Congreso de Zaragoza en 2015, ha sabido aportar solución algunos de los problemas que la representación de los trabajadores venía encontrándose con el cambio del modelo de relaciones laborales que se ha dado en España en las últimas décadas.
  • De un modelo basado en la negociación a gran escala de convenios sectoriales que recibía toda la legitimidad del sistema de elecciones sindicales, dando razón de ser a los sindicatos más representativos o mayoritarios en los diversos sectores gracias a los Pactos de la Moncloa, las últimas reformas laborales han venido a romper este modelo de negociación colectiva permitiendo que los convenios de empresa o centro de trabajo contradigan a la baja las condiciones laborales del convenio sectorial.

Genís Ferrero / Solidaridad Obrera

Este hecho que motivó que CCOO y UGT convocaran huelgas generales contra estas reformas laborales, pues atentaban a su papel de agente social, pero en la práctica terminó derivando a una aceptación tácita de la situación. A menudo estos sindicatos asesoraban a los diversos comités de empresa inmersos en expedientes de regulación o convenios para que aceptaran el mal menor a cambio probablemente de una supervivencia estructural en los órganos de representación unitaria de los trabajadores, posiblemente a la espera de mejores tiempos por el sindicalismo de concertación.

La realidad es que después de la destrucción masiva del trabajo de calidad y la facilidad de las empresas hoy para despedir libremente, han provocado una gran debilidad de la clase trabajadora en los centros de trabajo. La subcontratación, las ETT o los falsos autónomos se han convertido en notables aliados de esta nueva situación laboral, además de otras formas de estructuración empresarial que limitan la actuación de la representación unitaria de los trabajadores.

El hecho de que los comités de empresa y de delegados de personal sean órganos de representación de centro de trabajo y de un determinado tipo de trabajadores llamados a las urnas cada cuatro años, ha acentuado la crítica que CNT ya hizo más de 40 años atrás .

Sólo una parte muy pequeña de la clase trabajadora tiene acceso a ser representada por órganos de representación unitaria de los trabajadores. Si le añadimos a esto que este sistema es independiente de los sindicatos (los sindicatos pueden presentar candidaturas a las elecciones sindicales, pero la capacidad de representación que reciben los electos no depende de su afiliación -o no- a un sindicato, de tal forma que pueden ser expulsados por su sindicato en un determinado caso y seguir desarrollando su labor de representante unitario) obtenemos un modelo de relaciones laborales basado en una representación de poca capacidad de actuación fuera de las grandes empresas o la administración pública.

El modelo sindical de CNT

En décadas anteriores CNT intentó llevar a cabo una acción sindical fuera de los Comités de Empresa, pero buscando la equiparación de sus delegados y delegadas con los delegados LOLS en el sentido de tener las garantías allí establecidas de forma automática.

Si bien, actualmente desde CNT no las rechazamos en la medida que podamos alcanzarlas desde la negociación colectiva, el modelo sindical de CNT gira bajo otra estrategia. La representación sindical: creando secciones sindicales de centro de trabajo, empresa o grupo de empresas. La idea es adaptar la realidad sindical a la realidad organizativa de la empresa, superando los límites de la representación unitaria circunscrita al personal de la empresa ya sea a nivel de centro de trabajo o sea como mucho de empresa.

En respuesta a la precariedad laboral, CNT plantea un modelo sindical que permite afiliarse a nivel de centro de trabajo a toda la estructura productiva y no sólo el personal propio de la empresa matriz. De esta forma, en un centro de trabajo podemos afiliar como sección sindical y -por tanto- representar al personal subcontratado (por ejemplo servicios de limpieza, producción, mantenimiento, etc.). Podemos adaptar la estructura sindical simultáneamente a nivel de centros de trabajo, empresa e incluso grupo de empresas (un supuesto en el que la representación unitaria no puede acceder en ningún caso).

Gracias a este modelo CNT puede introducirse en toda la estructura productiva de una empresa, con la perspectiva de poder ejercer presión a todos los niveles en beneficio de su afiliación incluso entre los sectores más precarios. El objetivo es dar una respuesta estratégica en un sentido de clase al cambio de modelo de relaciones laborales que, de hecho, ya se ha producido en nuestro país.

El protagonismo que ha cogido la negociación colectiva de centro de trabajo por encima de los convenios sectoriales está provocando por un lado que estos últimos se negocien a la baja, porque la patronal sabe por un lado que puede revertir un convenios sectorial a niveles inferiores y, por otra, la debilidad que en la práctica están empezando a tener los sindicatos de concertación. Su implantación en los centros de trabajos es testimonial, sin prácticamente afiliación -incluso entre los miembros de sus candidaturas a comités de empresa.

Este hecho puede ser una oportunidad para un modelo sindical basado en la afiliación, la creación de secciones sindicales, y por tanto la participación directa en la toma de decisiones y gestión del día a día en el ámbito del centro de trabajo. CNT, en este sentido, busca la máxima participación de su afiliación en los secretariados de cada sección sindical. Repartir tareas, formar la militancia sindical de empresa y en la participación en la gestión de la empresa es una muestra de capacidad de acción del sindicato en la empresa pero a la vez es una formación imprescindible para llegar a supuestos autogestionarios o de cogestión.

Finalmente, el hecho de que las secciones sindicales no dependan para constituirse de procesos electorales tutelados por la empresa o la administración facilita la creación de estrategias mucho más flexibles para cada situación. Es el sindicato quien, según su propia normativa interna, las constituirá en el momento más adecuado en cada caso. Evitando así, maniobras del empresario que puedan sabotear la autoorganización de su plantilla.

Ejemplos como los de la industria cárnica donde CNT ha desarrollado un trabajo destacable en las subcontratas del sector, defendiendo el personal de la contratación en fraude de ley o falsos autónomos en cooperativas como Servicarne. O la actual huelga indefinida a SADA , donde tras años de trabajo sindical CNT ha conseguido pasar a régimen general de la propia empresa al personal subcontratado, y ahora están en lucha por el cumplimiento definitivo de las resoluciones de Inspección de Trabajo y el pleno reconocimiento sindical ofrecen una muestra de cómo articular estrategias en sectores muy precarios y donde la representación unitaria de los trabajadores tiene una ínfima capacidad de actuación.

La negociación colectiva, la clave de la situación

CNT tiene, sin embargo, algunos retos que encarar la próxima década para ser una referencia indiscutible en el mundo del trabajo.

La formación de más cuadros en todo el territorio estatal debe ser el primer reto en mi opinión. Es imprescindible extender una red de militancia cenetista a todos los territorios y que ésta tenga la capacidad de aplicar todos los acuerdos congresuales que definen nuestro modelo sindical, eso por un lado, pero también hay que dedicar los máximos recursos posibles de la organización en mejorar la capacidad de negociación de la militancia o los conocimientos legales necesarios para acompañar esta acción sindical. Las secretarías de formación de los últimos secretariados permanentes han puesto las bases pero hace falta una priorización más clara de la organización en esta cuestión.

La dotación de mayores y mejores recursos en el Gabinete Técnico Confederal, una herramienta que se ha demostrado del todo útil vez para concentrar conocimientos y experiencia de lo que la CNT ha hecho en el conjunto del estado. Hay que mejorar los recursos de los que dispone ampliando, como ya marcan los acuerdos congresuales además, ámbitos como el económico y social e incluso la prevención de riesgos laborales. Una herramienta de asesoramiento sindical para toda la organización y también jurídico-legal para cuestiones colectivas o estratégicas, que ayuden al diseño de planes de implantación en diversos sectores productivos donde ahora no estamos presentes – o no de forma notable – y, finalmente, contribuir a la siempre necesaria búsqueda de ampliar jurídicamente los límites de los derechos fundamentales por la vía de la jurisprudencia.

Sin embargo, que no deja de impulsar y reforzar los acuerdos congresuales que CNT ya dispone, es necesaria una apuesta decisiva entre la militancia confederal para la negociación colectiva como pilar de la actuación de CNT en el mundo laboral y como manifestación directa de nuestros principios de acción directa. Dotarnos de recursos como los antes mencionados debe servir para el impulso necesario en la dirección de cambiar las condiciones laborales, mejorándolas claro, mediante una estrategia ofensiva que vincule la mejora material de las condiciones de trabajo en la ampliación de derechos sindicales y fundamentales a los convenios colectivos.

La negociación colectiva debe ser pues la prioridad en la estrategia sindical en todos los sectores donde CNT tengamos implantación. La posibilidad de revertir aspectos de la legislación en beneficio de la clase trabajadora, combatir la siniestralidad laboral, la temporalidad en las relaciones laborales no se podrá afrontar desde el ámbito estrictamente jurídico. Hay que crear las condiciones para obligar a la patronal a aceptar cambios sustanciales en los convenios colectivos.

Para lograrlo, habrá que recurrir a las fórmulas que ya conocemos: presión, negociación, boicot y huelga indefinida a la ofensiva. Y sobre este último punto quiero hacer una consideración personal que permita sostener este tipo de huelgas. Hablo, evidentemente, de la creación de la Caja de Resistencia confederal.

Si bien las cajas de resistencia las utilizamos en CNT de forma frecuente en conflictos largos o graves, no podemos depender de generar este apoyo económico, que a menudo pasa a ser estratégico a la hora de mantener un pulso largo a la patronal, en base a la relevancia mediática que un sindicato local sea capaz de generar. Necesitamos que la solidaridad, la base de nuestra existencia como organización, pase a ser estructural, planificada y regulada. Garantizar que, dentro de las posibilidades de la organización, todo el mundo tenga las mismas oportunidades de acceder un apoyo económico en aquellas situaciones que lo requieran, incluso simultáneamente.

Esto implica un aumento de la cuota sindical que dote de forma constante la Caja de Resistencia, y por tanto permitir tener los recursos indispensables para garantizar en un futuro aquellas huelgas que puedan conseguir importantes derechos como, por ejemplo, la subrogación en ámbitos donde no existe, o bien ir introduciendo en los convenios de empresa las principales propuestas de CNT recogidas en la Plataforma para la Negociación Colectiva de 2015.

Una estrategia de implantación en sectores, por la vía de la negociación colectiva empresa a empresa, debe permitir a la larga hacer un cambio en el marco de relaciones laborales verdadera desde la perspectiva de la clase trabajadora y capaz algún día de llegar a negociar convenios sectoriales por la vía de la movilización real a las empresas.

Conclusión

En definitiva, CNT ha puesto sobre la mesa una respuesta práctica y eficaz al cambio de modelo de relaciones laborales. Pero para pasar a ser la apuesta anarcosindicalista la que pueda hacer cambiar la situación de la clase trabajadora es necesario que dediquemos todos los esfuerzos en este sentido.

A modo de corolario, y ya que estamos en el 100 aniversario del Congreso de Santos, en ese momento la militancia de la CNT dio un paso determinante para el futuro de la organización y el sindicalismo en general. Del modelo de sindicatos de gremio u oficio, la CNT pasó al modelo de sindicatos únicos no sin mucha controversia en el seno de la propia organización.

Con todo, los resultados fueron evidentes. Aquellas personas hicieron un esfuerzo constructivo enorme cambiando su cultura militante y adaptándose al momento. Quizás ahora es el momento de que la militancia de CNT también miremos con este espíritu crítico y hagamos este cambio de cultura militante que ya apuntan nuestros acuerdos, los reforcemos y pongamos en marcha una CNT del siglo XXI que haga tambalear los poderosos y devuelva la capacidad de lucha a la clase trabajadora.