29 marzo, 2024

LA ÉPOCA DE AMILIBIA. PARTE SEGUNDA. LOS SUCESOS DEL 14 DE ABRIL DE 1932 Y SUS CONSECUENCIAS

No eran tiempos para calma y sosiego. La CNT se sentía atacada por la República, cuando esperaba agradecimiento convencida de que sin su decisiva colaboración la República no hubiera advenido. Tenía que mostrar su protesta y lo hizo. Primero el día dos de abril boicoteando un mitin republicano celebrado en el Frontón1 que provocó la ira del Gobernador y amenazas al Sindicato Único «han de saber que con los delincuentes la Autoridad no patrocinará ni escuchará ningún ruego». Y de modo mucho más contundente el 14 de abril, primer aniversario de la República. Declarado día festivo por los recién llegados republicanos, una asamblea confederal acordó oponerse a ella en protesta por los conflictos existentes en el ramo de la construcción y declaró el día laborable. El gobernador replicó que el «no cumplimiento de su orden lo considerará francamente revolucionario y que debían atenerse a las consecuencias».

14 de abril de 1932, primer aniversario de la República en Vitoria
14 de abril de 1932, primer aniversario de la República en Vitoria, la carnavalada organizada por el Gobierno

Mariano Gutiérrez, destacado militante de la CNT vitoriana en escrito publicado en Solidaridad Obrera, 10-4-1932 y titulado «Los sindicalistas en cintura» narraba los hechos y exponía la situación sin tapujos: Protestas callejera en el mitin del día 2 organizado por los radicales socialistas (que tuvo que ser suspendido) y vivas a los deportados y encarcelados…llegó el Gobernador y arreciaron las protestas hacia el que dijo «que a los sindicalistas los había metido en cintura». El espíritu sindicalista y revolucionario de los trabajadores de la CNT se ha mostrado los días 2 y 3…la CNT se impone a los demás organismos obreros y políticos por su seriedad, por su concepto ideológico y revolucionario y por su responsabilidad. Frente a los republicanos, socialistas, nacionalistas y cavernícolas…frente a la ley de defensa de la república…todos los deportados, presos y asesinados en la calle proceden de la CNT…en vez de darnos un trato de favor porque gracias a nosotros hay república nos persiguen con saña. Por otro lado el Comité de la Federación Local escribe que ideológicamente en la CNT existe un claro concepto del sindicalismo y por eso en la asamblea celebrada en el cinema ante varios miles de trabajadores se trataron cuestiones de enjundia (presos y deportados, crisis de trabajo) y así lo sintieron los presentes que quedaron convencidos de nuestro proyecto federalista y libertario, en contraste con la carnavalada que organiza el Gobierno para el 14 de abril…a la salida colecta, importante, para los represaliados del Buenos Aires.

El día 15 y sucesivos la prensa, unánimemente alineada con los poderes públicos y las fuerzas vivas (UGT incluida) más que contar lo sucedido lo condenaba y solicitaba mano dura hacia el Sindicato Único2.

Se abucheó y apedreó a la comitiva republicana y a la banda de música («menos música y más pan» se coreó) que se vio forzada a suspender el concierto, se protestó el discurso oficial del alcalde, cargó la policía municipal, deteniendo a un manifestante e intentando disolver a un grupo de revolucionarios que pretendían liberarlo, sonó un disparo y un guardia cayó muerto. Por otro lado esa noche se volaron seis postes de la luz, siete fueron derribados y varios más quedaron astillados. El gobernador reaccionó con extremada dureza, sacó la guardia civil a la calle y se entregó a un empleo masivo de la represión: garrotazos por doquier, detención de todos los anarquistas y confederales significados y no significados, hubieran o no participado en los sucesos (entre 42 y 46 en un primer momento, entre ellos Isaac Puente y Andrés Sarrate, que acabaron por ser doscientos), clausura del sindicato. La CNT pasó de declarar el día laborable a convocar huelga general, con más seguimiento del reconocido por las autoridades.

Recorte La Vanguardia 19 de abril de 1932
Recorte de La Vanguardia, 19 de abril de 1932

El gobernador Amilibia, más radical casi hora a hora, habló de un «segundo Fígols», de que el plan de los anarcosindicalistas para el día 14 tenía como objetico incendiar ayuntamiento, diputación, apoderarse de las autoridades principales, asaltar los bancos y desmanes varios. Tanto La Vanguardia como Heraldo Alavés3 transmitían a sus lectores la noticia como «Plan diabólico de los sindicalistas para la noche del jueves». El ayuntamiento le secundó con fuerza: despido de más de 180 obreros de los tajos municipales por estar afiliados a CNT, telegrama al ministro de la Gobernación protestando del hecho y pidiéndose conceda al gobernador las facultades que sean precisas para reprimir la conducta que vienen observando los elementos del Sindicato Único, dar por terminada toda relación con los afiliados a CNT privándoles incluso de la beneficencia y la ayuda médico-farmacéutica que venían disfrutando, calificarlos de «indeseables». Crispación a manos llenas.

Por otro lado las gestiones para localizar al autor de los disparos que mataron al guardia se intensificaban. Era fundamental para justificar la represión presentar a un confederal con nombres y apellidos confeso de la muerte. Se creyó encontrarlo en Francisco (Prisco) Ermua Arrízola, del que se trazó un negro retrato (antecedentes como delincuente habitual contra la propiedad, procesado por el juzgado de Pamplona, etc.) pero ya el día 19 Heraldo Alavés anunciaba «Se desvanecen los cargos contra Prisco Ermua». A la búsqueda de un nuevo asesino a comienzos de mayo se apuntó a Jesús Lezana, con más trayectoria sindicalista. Detenido el día ocho mientras caminaba por las calles embriagado y dando vivas al comunismo libertario, confesó ante la guardia municipal ser el autor de la muerte del guardia Fidel Perea, lo confirmó al día siguiente, ya sereno, pero resultó que había permanecido en el hospital civil la noche del crimen. Intentos posteriores de elucidar el crimen cosecharon el mismo fracaso4. Al gobernador no le salían las cuentas.

La prensa del día 17 de abril ponía el acento en el entierro del guardia municipal asesinado, una imponente manifestación con alcalde y gobernador a la cabeza, propagaba que seguían practicándose detenciones (y siguieron hasta el día 22), mujeres incluidas, hasta aludía a la preparación de una manifestación femenina contra la represión desencadenada, y notificaba también que los detenidos estaban siendo traslados a Pamplona. El día 18 se centraron en el hallazgo (cartuchos, mecha, pólvora y útiles para fabricar bombas) en el domicilio de un cenetista5 sito en el Campo de los Palacios. El día 19 el gobernador citaba a los periodistas para participarles una diligencia importante que (tras reunirse con el alcalde, el comandante militar, el presidente de la Audiencia y el jefe de la guardia civil) no se confirmó: se limitó a transmitirles que sabía los nombres de los que habían colocado los explosivos en el tendido eléctrico, pero, eso sí, sin afirmar ni negar, dejó flotar en el ambiente que se trataba del hallazgo de un depósito de armas y explosivos en Maeztu y de una gran cantidad de dinamita en las obras de la nueva catedral. A su pesar, no se pasaba del rumor interesado. No se confirmaba lo del segundo Fígols, el asalto de ayuntamiento y la diputación y otros abordajes.

Por la prensa local y el Libro Registro de detenidos y procesados de la cárcel de Vitoria6 conocemos los nombres de muchos (más de ochenta) de los apresados: Julián Alarcia, Nicolás Alonso, Jacinto Alzaga, Roque Angulo, Fortunato Aparicio, Francisco de Armentia, Martín Azpiazu, José María Cadavid, Antonio Catarino, Ismael Conde, Fortunato Cortés, Isidoro Díaz de Greñu, Conrado Echarri, Benito Fernández de Zárate, Columba Fernández Doyague, Gregorio Fernández de Luco, Andrés Fernández Ocio, Claudio Ferreiro, Félix Gaceta, Francisco García, Luis García Bengoechea, Simeón García Castro, José García de Salazar, Nemesio García, Cosme y Valentín García Presa, Victoriano Gómez, Roberto González de Zárate, Francisco Gracia, Luis Herrero, Pedro Ibáñez, Eduardo Irigoyen, José Jiménez Aberasturi, Primitivo López, Francisco López de Armentia, Antonio y Ricardo López de Calle, Manuel López García, Antipas López, Erotis Lozano, Nicomedes, Isidoro Manso, Nicasio de Marcos, Antonio Mardones, José Mardones, Cipriano Marín Elías, Juan Marín, Juan Martínez Fernández, Félix Martínez Ruiz, David Mendizábal, Elías Mimenza, Antonio Nanclares, Ricardo Noguera, Rogelio Ordoñana, Daniel Orille, Mariano Ortiz, Calixta Ortiz Villanueva, Julián y Roberto Ortiz de Zárate, José Paumero, Gregorio Puelles, Isaac Puente, María Salomé Querejazu, Isidro Quintanilla, Eduardo y León Rico, Atanasio Rituerto, Luis Fernando Rivera, José y Moisés Ruiz Martínez, Sebastián y Valentín Ruiz Pereda, Ángel Sagues, Gerardo Unda, Víctor Samaniego, Saturnino Santamaría, Inocente Soto, Julio Urraca, José Valdivielso, Francisco Valdivielso Aspe, Santiago Velázquez, Paulino Vélez de Mendizábal, Pablo Vidal, Bernabé y José Villambiste, hacinamiento de militantes de primer rango con desconocidos.

Lugar en el que recibió el disparo el guardia municipal Fidel Perea
Lugar en el que recibió el disparo el guardia municipal Fidel Perea

El ambiente de persecución alcanzó niveles inusitados: se estaba convirtiendo a los afiliados al Sindicato Único en piezas de caza a las que cualquiera podía disparar. Además la prensa, fiel al gobernador, extendía las noticias que mostraban tensiones en el Sindicato Único: el músico Ernesto Castaño se da de baja en el sindicato y solicita la readmisión en la banda municipal7, los obreros expulsados de las obras municipales se quejan al gobernador de la actitud de sus dirigentes y piden el reingreso en el trabajo8.

A partir de mayo, ya que no la prensa local9, que en ningún momento dio entrada a la opinión de los sindicalistas limitándose a señalar la excarcelación de algunos presos y las decisiones del gobernador, la prensa sindicalista y libertaria se hace eco de la represión en Vitoria, fijando la interpretación y valoración de los sucesos y sobre todo de la represión desencadenada10.

El alcance de la represión-persecución fue tal que obligó al Comité Nacional de CNT a publicar un artículo de denuncia11. La versión confederal de los acontecimientos la ofreció Solidaridad Obrera12 con un artículo escrito por Daniel Orille el 16 de abril desde la cárcel de Pamplona. Relata los sucesos del 14 de abril en Vitoria. Dice que como en el resto del país se celebró el aniversario de la República y la parte sana de la sociedad exteriorizó su descontento por lo que la fiesta perdió brillantez…hubo pequeños incidentes, a la noche se suspendió el baile, entre las diez y las once cayó muerto un guardia municipal, a las 2 y media de la madrugada fui arrancado de mi domicilio y conducido a la comisaría y con otros siete a la cárcel, número de detenidos que creció hasta 45 en las horas siguientes. A las once de la noche del 16 con otros tres fui llamado a presencia del gobernador y nos negamos…algo más tarde la orden se cumplió con la intervención de la guardia civil y con otros, hasta catorce, fuimos trasladados, en duras condiciones, a la cárcel de Pamplona, donde nos hallamos. Y se pregunta «¿sabe Casares Quiroga todo esto? ¿Por qué señor Amilivia?» y termina con un irónico Viva la República Española de Trabajadores.

Ya con la ciudad y provincia en calma ABC y La Vanguardia13 aludían a la circulación de hojas clandestinas firmadas por la Agrupación Anarquista en las que se atacaba al gobernador y al diario La Libertad y se pedía la libertad de los presos. A fines de mes no había unanimidad en cifrar el número de los traslados a Pamplona (de 14 a 42, según periódicos y fechas), seguramente porque los traslados no habían terminado.

Recorte Solidaridad Obrera 5-5-1932
Recorte de Solidaridad Obrera, 5 de mayo de 1932

El día 27 Solidaridad Obrera insertaba una carta de 25 compañeros presos en Vitoria dirigida al ciudadano Gobernador de Álava, fechada el 24 de abril en la que además de protestar por su detención dicen que le han «colado» cinco cuestiones: 1-Atribuyéndoles la muerte de un guardia municipal, cuando el único procesado no es sindicalista, 2-Imputándonos el derribo de postes eléctricos, 3-Suponiéndoles un plan diabólico con el que se ha conmovido y asustado a la opinión pública, 4-Acogiendo un rumor de que Vitoria es la cuarta ciudad sindicalista, cuando es la cuarenta y que tiene 3.000 comunistas cuando son treinta, 5-Persiguiendo depósitos de armas en pueblos mineros y fábricas de explosivos (en Vitoria hay varias) y siempre con registros domiciliarios, 6-Deteniéndonos en masa, repartiendo palos de ciego, deportándonos. 7-Prometiendo exterminarnos.

Solidaridad Obrera, 5-5-1932, inserta manifiesto del Comité Regional de la CNT del Norte con el título «La represión en Vitoria». Denuncia la furiosa represión, setenta detenidos. Alude a los sucesos del 14 de abril…al encarcelamiento de los militantes conocidos, saqueo de sus domicilios, injurias recibidas, deportación a Pamplona…todo por haber sido capaces de constituir un sindicato fuerte en una ciudad dominada por el caciquismo. Pura venganza. Al poncio se han sumado el ayuntamiento (250 cenetistas despedidos de las obras administradas por el mismo) y los patronos (expulsión de los sindicalistas y de los que se niegan a romper el carné confederal). Esto lo hacen los republicanos que dicen haberse opuesto a la dictadura. Llamaba a movilizarse.

También en Solidaridad Obrera, 8-5-1932, Atanasio Rituerto desde la cárcel de Pamplona, escrito fechado el 26 de abril, señalaba que en Pamplona se hallan 42 compañeros procedentes de Vitoria por el delito de pertenecer a la CNT. Todo porque la CNT acordó trabajar el 14 de abril…porque nada había que celebrar…y el poncio se mostró radical: 66 detenidos, 42 enviados a Pamplona y 24 quedan en Vitoria…deportados en tres grupos en pésimas condiciones y sin comunicación propia…odio de republicanos y socialistas…además con pretexto de la muerte de un policía municipal han sido tildados de indeseables, o sea, que en Vitoria no podrán trabajar nunca…se obliga a CNT a realizar actos inesperados…peor que con la dictadura.

Una vez más Solidaridad Obrera, 11-5-1932, reproducía carta de Isaac Puente al Gobernador Amilibia denunciando su hipocresía, su doble juego, su revolucionarismo de opereta, los favores que asegura hacerle cuando en realidad ha pretendido engañarle…dice que lleva ya cinco días de huelga de hambre en protesta por la lentitud de la justicia. En el mismo vocero dos días después bajo el título «Amañando un proceso policial», fechado el ocho de mayo, escribe que el Gobierno se quiere fabricar un complot tipo Fígols a cuenta de un Manifiesto y unos actos de sabotaje al jubileo republicano, detiene a 63 compañeros, a 42 deporta a la cárcel de Pamplona, más de veinte días detenidos gubernativamente…aparece el juez especial de Vascongadas y Navarra y pone en libertad a 55, y procesa a ocho: a uno (Ismael Conde) por tenencia ilícita de útiles para fabricar explosivos, a los otros siete (Puente, Orille, Rituerto, Cosme García, Primitivo López, Nicasio de Marcos y Roque Angulo) por instigadores de los actos de sabotaje.

Prisión de San Juan, antigua cárcel de Pamplona
Prisión de San Juan, antigua cárcel de Pamplona

En los días siguientes de nuevo Solidaridad Obrera remachaba14 con un artículo de Atanasio Rituerto titulado «Los deportados de Vitoria en la cárcel de Pamplona». Comienza con unas frases del gobernador Amilibia: «mientras yo sea gobernador el Sindicato Único no se volverá a abrir porque es un pozo, más que de reivindicaciones sociales, de rebelión y de conspiración contra el régimen»… Dice que se les ha tratado como mercancías, deportados en tres tandas a partir del día 15, viaje inhumano, estancia en condiciones lamentables, 42 en calidad de gubernativos por deseo del Gobernador, la autoridad, la patronal y los socialistas. Y con uno más, firmado por los presos sociales el dos de mayo con el título «Voces de la cárcel», en el que se lee: estamos 21 presos gubernativos en Vitoria y desplazados en Pamplona otros 42 a raíz de las fiestas del aniversario de la Republica. A ninguno se le ha tomado declaración, el Gobernador se lava las manos…suponíamos que se trataba de tenernos presos hasta que pasara el uno de mayo, pero aquí seguimos. Detenidos por venganza política y de rivalidad sindical con los socialistas, con los cuales comulga el Gobernador, nos hemos declarado en huelga de hambre en Vitoria 15 y más de veinte en Pamplona y así seguimos.

Un intento de reconducir el proceso y aplacar las tensiones vino desde arriba, quizás considerando que obcecación del gobernador Amilibia había adquirido tono personal en perjuicio de la solución del entuerto. Tanto La Vanguardia como ABC a comienzos de mayo informan de la llegada del juez especial de las Vascongadas y Navarra, que en la cárcel tomó declaración a los presos gubernativos (parte en huelga de hambre) y ordenó la libertad de diez de ellos así como de una veintena de encarcelados en Pamplona15. El juez pretendía separar a los militantes de a pie de los «instigadores».

Miguel Íñiguez y Juan Gómez Perín


1 Heraldo Alavés, 6-4-1932, expuso la versión del gobernador que destacaba la presencia de conocidos militantes del Sindicato Único en el acto boicoteado. Referencias al acto en La Libertad y La Vanguardia de la misma fecha.

2 Referencias a los hechos y sus consecuencias además de en la prensa pueden encontrarse en Santiago de Pablo, «La CNT y los sucesos revolucionarios de Labastida de diciembre de 1933», en Cuadernos de Cultura 8, 1985, separatas p.105-116.- Mikel Peciña, «Isaac Puente», 87-89.- Abel Ramírez, «Isaac Puente, el gobernador civil y el 14 de abril», en Le Combat Syndicaliste, 1010, París 1-3-1979. En la prensa, noticias más o menos detalladas en La Libertad, 15-4-1932, 16-4-1932, 17-4-1932, 18-4-1932.- La Vanguardia, 16-4-1932, 17-4-1932, 18-4-1932, 19-4-1932, 24-4-1932.- Heraldo Alavés, 14-4-1932, 15-4-1932, 16-4-1932, 18-4-1932, 19-4-1932).- ABC, 16-4-1932, 19-4-1932, 24-4-1932, 27-4-1932.- En la prensa local además listados de detenidos, no siempre coincidentes y con errores en los nombres.- En Solidaridad Obrera de Barcelona, número 419, una pequeña lista de encarcelados y trasladados a Pamplona.

3 Heraldo Alavés, 18-4-1932.- La Vanguardia, 19-4-1932.

4 Heraldo Alavés, 9-5-1932.- La Vanguardia, 11-5-1932. La última noticia sobre el particular nos la da La Vanguardia del 8-9-1932 «han sido puestos en libertad cinco hombres y una mujer que se hallaban presos en la cárcel, por creérseles complicados en el asesinato del guardia municipal Fidel Perea».

5 La Libertad, 18-4-1932. Se trata de Ismael Conde Alonso, zapatero de 27 años natural de Santa Gadea del Cid (Burgos). Se detuvo también a su padre y a su hermano Jesús. La Vanguardia, 19-4-1932, explicaba: Complot extremista descubierto. Aprehensión de explosivos. A mediodía de hoy, la policía, acompañada de la guardia civil, realizó un importante servicio, practicando un registro en una casa de campo en los Palacios, 25, grupo de casas baratas. Encontráronse varios útiles de fabricación de bombas, que tenía escondidos bajo el entarimado Ismael Conde Alonso, de 27 años, de filiación anarquista; 52 cartuchos, dos latas de pólvora, 30 metros de mecha y trozos de hierro en gran cantidad.

6 En esta ocasión el Libro registro de detenidos y procesados de la cárcel de Vitoria no sirve plenamente a nuestro objetico porque parte significativa no pasaron por sus dependencias (o al menos no está registrado su ingreso). Aparecen en tres fechas:
1-Encarcelados el 14 de abril: Jesús Álava Canales, Nicolás Alonso Martínez, Isidoro Díaz de Greñu Martínez, Columba, Fernández Doyague, Nemesio García Martínez, Pedro Ibáñez Uzquiano, Isidoro Manso Cortázar, Antonio Mardones Gutiérrez, José Mardones Llorente, Cipriano Marín Elías, Juan Martínez Fernández, Calixta Ortiz Villanueva, Isidro Quintanilla Gómez, José Villambiste Gutiérrez.
2-Encarcelados el 19 de abril: Andrés Fernández Ocio, Cosme García Presa, Primitivo López Calzada, Valentín Ruiz Pereda, Saturnino Santamaría Achaerandio, Julio Urraca Pastor, Francisco Valdivielso Aspe.
3-Encarcelados el 22 de abril: Jacinto Alzaga Lusa, Luis Herrero Pérez, Rogelio Ordoñana Yuso, Julián Ortiz de Zárate.

7 La Libertad, 11-5-1932.

8 ABC, 22-4-1932.

9 La Libertad, muda.- Heraldo Alavés, 4-5-1932 hacía saber que los presos gubernativos de Vitoria se habían puesto en huelga de hambre, siguiendo a los 22 de Pamplona. En el ejemplar de 9 de mayo señala la excarcelación de Isaac Puente, Orille, Ismael Conde, Rituerto, Cosme García, Primitivo López, Roque Angulo y Nicasio de Marcos. El día 11 informa de que la CNT ha pedido permiso para celebrar un mitin pro presos. El día 12 reseña la reunión de los parados, en principio no estrictamente confederal, en un salón del ayuntamiento.

10 Solidaridad Obrera, 5-5-1932, 7-5-1932, 8-5-1932, 11-5-1932, 13-5-1932, 16-5-1932, 19-5-1932.- El Libertario, 14-5-1932.

11 El artículo puede leerse en Solidaridad Obrera de La Coruña, 7-5-1932.

12 Solidaridad Obrera, 23-4-1932, artículo titulado «Voces de la cárcel ¿Lo sabe Casares Quiroga?»

13 Ejemplares del 24 de abril de 1932.

14 El artículo de Rituerto, 14-5-1932. El de los presos sociales, 16-5-1932. Antes, el día siete, una referencia a la excarcelación de 22 presos en Pamplona.

15 La Vanguardia, 6-5-1932 y 7-5-1932.- ABC, 5-5-1932. En el Libro Registro de detenidos y procesados de la cárcel de Vitoria de seis de mayo figuran como encarcelados-excarcelados Daniel Alegre, Roque Angulo, Valentín García Presa, José García Salazar. Eduardo Irigoyen, Jesús Lezana, Nicasio Marcos, David Mendizábal, Daniel Orille, Atanasio Rituerto y José Villambiste.