23 noviembre, 2024

La Historia. EL BIENIO NEGRO: NOVIEMBRE DE 1933 A FEBRERO DE 1936

Con el advenimiento de la derecha al poder, la represión sobre los libertarios y la CNT se extremó. Se persiguió sañudamente cualquier intento de reorganización de CNT, las detenciones por supuestas acciones expropiadoras se generalizaron y los juicios por los coletazos de la insurrección de diciembre igualmente. Se contaba con las leyes excepcionales promulgadas por los social-republicanos en el gobierno.

El 28 de enero de 1934 una reunión clandestina de militantes de la CNT tenida en La Fuente de la Pared-Vitoria a la que asistían unos cincuenta militantes es interrumpida por la policía y detenidos once de los presentes incluido el secretario de la Federación Local, Jenaro López Torrecilla. Serán procesados y juzgados por el tribunal de urgencia en abril1.

En febrero Emilio Ibisate y Gerardo García son condenados por supuesto atraco cometido cerca de Vitoria, en Mendiola, a dos mes de arresto por robo frustrado, a tres años y ocho meses y un día por robo realizado, y a cuatro meses y un día por tenencia ilícita de armas, y a la devolución a las víctimas de las cantidades robadas, por más que no hubiera pruebas.2 Y por las mismas fechas, también acusados de atraco, en esta ocasión en Atauri, Mariano Gutiérrez y Joaquín Arroyabe fueron condenados a tres años, ocho meses por robo con violencia, al primero además a cuatro meses de arresto por tenencia ilícita de armas3.

Cárcel de Vitoria en 1935
Cárcel de Vitoria en 1935

A fines de marzo se detuvo en Maeztu4 a Daniel García Albéniz, y Patricio Dorronsoro en referencia a un atraco cometido en Logroño.

En abril se produjo un conflicto5 en la cárcel de Vitoria, que unos calificaron de plante y otros de sublevación, supuestamente promovido por Emilio Ibisate, Juan Alzuaz, Joaquín Arroyabe y otros. Así narraba La Vanguardia el suceso: “Cuando el vigilante de la prisión, Ramón Álvarez, ordenaba a los reclusos se retirasen a sus celdas, cerca de las siete de la tarde, un grupo de ellos se abalanzó sobre el vigilante y después de maniatarle le amordazaron, quitándole las llaves, e intentando después reducir a los ordenanzas, con los que sostuvieron una gran lucha a brazo partido y haciendo uso de pistolas que clandestinamente habían logrado introducir en la cárcel. También se dirigieron contra el oficial, Francisco Gómez, que se hallaba en la puerta del rastrillo, al que golpearon con la pistola, causándole una herida en la cabeza. Los revoltosos intentaron huir, pero un soldado de caballería que estaba de guardia en la puerta se dio cuenta del revuelo y dio la voz de alarma, poniéndose en espectativa (sic) toda la guardia, distribuyéndose ante la puerta principal y alrededores del edificio. Cuando los revoltosos se creyeron perdidos se retiraron a sus celdas. Este movimiento se supone que estaba proyectado hace tiempo y en cestas de naranjas y en varias ocasiones habían recibido pistolas. Parece que se trataba de significar la protesta contra el proyecto de amnistía.”

En diciembre6 se detenía a Julián Ortiz de Zárate, acusado de haber intervenido en un atraco en agosto.

En junio, julio y agosto de 1934 el semanario anarquista Tierra y Libertad publicó varios escritos procedentes de Vitoria que nos ayudan a conocer la situación del movimiento libertario y anarcosindicalista en la ciudad. Los firmaba Liberto7 (seudónimo no identificado, pero seguramente utilizado por Daniel Orille) y en ellos se ocupaba del paro, de las Juventudes Libertarias, de la presencia del treintismo en los sindicatos vitorianos, de la situación de los mismos sindicatos, de la realidad política del país y cuestiones conexas. Jesús Conde8, secretario de las JJLL, respondió para puntualizar lo referido a las JJLL.

En el primer artículo titulado “Alea jacta est”9, firmado en mayo, partiendo de la celebración del Corpus Christi en Vitoria (apoteósica) que se vuelve a celebrar tras cuatro años de prohibición, signo del avance de la reacción ante la indiferencia de los gobernantes más o menos socialistas o republicanos (solo verborrea revolucionaria, en la práctica leyes represivas contra el obrero), dice que en lo que coinciden demócratas y fascistas es en combatir a la CNT y FAI porque saben que si triunfan e implantan el comunismo libertario, unos y otros pasarán al museo de los trastos viejos. Después, con no poca ironía, se ocupa de un asunto local: para acabar con el paro el Gobierno y la gestora de Álava van a crear una colonia penitenciaria (“presidio de concentración para revolucionarios y anarquistas”) en Labastida (el pueblo que el ocho de diciembre quiso implantar el comunismo libertario. Termina: “Alea jacta est. Las huestes neofascistas españolas tienen la suerte echada. Ahora, lo que se precisa es que sus aspiraciones de implantar el caníbal sistema político, no pasen de proyecto. Y para ello, ya que las fracciones políticas la acatarán, luego de haber cantado el mea culpa: sindicalistas de la CNT y anarquistas, lucharemos una vez más, como en otras ocasiones nos colocaremos frente a la tiranía engendrada por el Estado”.

Recorte Tierra y Libertad 23-6-1934
Artículo Alea Jacta Est. Recorte de Tierra y Libertad, 23 de junio de 1934
Transcripción del texto

En el segundo titulado “Perniciosos derroteros”10 el contenido es distinto: se ocupa de las interioridades de la CNT vitoriana. Comienza señalando que la CNT vitoriana ha plantado cara con espíritu revolucionario al dominante clericalismo y burguesía locales, las prisiones, procesos y deportaciones no han podido con ella, se supo vencer al gobernador Amilibia, tres años admirables de lucha, pero esta trayectoria se rompió el 8 de diciembre ¿quién es el responsable? No da nombres, pero afirma que los resultados han sido desastrosos para CNT y FAI durante estos cinco meses de clandestinidad. Vueltos a la legalidad hay que recuperar el espíritu y métodos de lucha libertarios, hay que rectificar porque militantes reconocidos se han situado en el treintismo pestañista y en este sentido es de agradecer la actitud del Sindicato Metalúrgico, en el buen camino, que ha programado unas charlas (”Tácticas y problemas internos de la CNT”). Curiosamente el Sindicato Metalúrgico respondió a primera vista no muy justificadamente11, a no ser que el elogio de Liberto lo interpretaran como un sarcasmo, negando que en sus filas hubiera treintistas.

El tercero titulado “Crónicas de Vitoria”12 es a primera vista una simple reseña del pleno-congreso de la CNT del Norte celebrado en Vitoria el 17 de junio. Pero una reseña en la que se trasluce continuamente su opinión sobre el mismo visible en la valoración que hace de los principales acuerdos (dirección y administración del diario CNT, caso Asturias, presos de Labastida), ya que nítidamente señala que el comunismo libertario debe ser la meta.

Con su cuarto artículo “Cuestiones de organización anárquica y sindical”13 Comienza repitiendo que desde el 8 de diciembre” han pasado muchos días y horas muy aciagas para el proletariado revolucionario de Vitoria”, se ha producido un enfriamiento del ardor juvenil, la inmensa mayoría de los jóvenes está dominada por el hastío y el cansancio revolucionarios y defiende el sindicalismo treintista ¿por qué han cambiado de postura los jóvenes vitorianos? En su opinión se debe al “desconocimiento que tienen de las ideas ácratas” y por ello “el incumplimiento de los compromisos y la falta de responsabilidad individual”, olvidan que para militar en cualquier organización lo primordial es la “autodisciplina”. Afirma que entre las juventudes han surgido “jefecillos” a los que se ha encumbrado y luego ha habido que retirarlos por su desviacionismo, cree que han confundido “disciplina” con obediencia al estilo recua militar. Es necesario que las juventudes rectifiquen, de no ser así, será el momento de deslindar caminos.

Era un ataque en toda regla al modo de conducir las cosas por parte de las JJLL y cabía esperar una respuesta de las mismas que vino de parte de su secretario general, Jesús Conde, en el mismo vocero anarquista14. Considera un “bulo” la afirmación de que las JJLL se han uncido al carro del treintismo, asegura que siguen propagando la idea y la práctica anárquicas, que distribuyen sus publicaciones, que sí se da la autodisciplina como confirma el trabajo titánico para constituir el Ateneo de Divulgación Social, que tratan de dar una educación libertaria y anarquista a quienes se acercan…

En la discusión tercia, hasta cierto punto, la redacción de Tierra y Libertad con esta frase “el mismo camarada Liberto había reconocido la inconveniencia del suelto publicado pues nos había pedido su suspensión, a lo que no pudimos acceder por hallarse ya en prensa” con la que puntualiza el artículo de Conde en el mismo número.

También en agosto en el mismo vocero15 un artículo firmado por el compañero Liberto se centraba en el paro obrero. Escribe que los desempleados son 1.500, cifra mucho mayor que en años pasados por lo que entiende que, si se unieran, las posibilidades de alcanzar logros de valor aumentarían grandemente. Recuerda que CNT siempre se ha preocupado por resolver ese problema, pero que siempre también se ha topado con “la losa del autoritarismo gubernamental republicano”, que hubo un tiempo, siendo menos, se movilizaba más, que “para matar la rebeldía de los obreros en paro” les otorgaron “la bazofia que recibe en los comedores” pero que “ha servido admirablemente para castrar las energías del proletariado vitoriano”. Añade que si sale algún trabajo se destina a los recomendados, que todo está dominado por el Jurado mixto de la construcción, que los parados “no piden ni mendigan nada a nadie, solamente exigen trabajo. Trabajo que ennoblezca y dignifique” Era repetir lo que CNT defendía años atrás, pero en tono más crítico hacia los afectados, crítica que aumenta de grado cuando solicita más unión incluso dentro de los desempleados afiliados a CNT. Era reconocer que ser parado no era sinónimo de revolucionario.

Recorte Tierra y Libertad 4-10-1934
Artículo Zarabanda represiva. Recorte de Tierra y Libertad, 4 de octubre de 1934
Transcripción del texto

Y en octubre, el mismo día por cierto, Tierra y Libertad publicaba uno más de Liberto “Zarabanda represiva”16 y otro de Jesús Conde “Las Juventudes Libertarias”. Liberto protesta contra la persecución de la que es objeto el Sindicato Único y compañeros concretos a los que se acusa falsamente de atracos por parte del gobernador y su policía (que incluso se quedan con dinero de los detenidos) y los juzgados…porque de lo que se trata es de hacer la vida imposible tanto a CNT como a FAI.

El escrito de Conde fechado a fines de agosto lo firma “Por el Comité, su secretario”, justificación cara al resto de las JJLL de España de su trayectoria, quizás porque el escrito de Liberto había levantado dudas sobre su devenir. Comienza diciendo que las JJLL se crearon cuando dentro de CNT había suficientes fuerzas “para cuantas iniciativas de orden individual o de propaganda se quisieran emprender” sin pensar que ninguna de esas iniciativas pudieran perjudicar la marcha de CNT. A la generalidad de los confederales les agradó que esa juventud se entregara al aumento de su cultura y que crearan las Juventudes Libertarias. Las Juventudes eran invitadas a todos los actos de CNT hasta que llegó el diez de enero. A partir de esa fecha se discutió mucho sobre sus actividades y se produjo una ruptura interna: una parte se declaró autónoma, otra exclusivamente revolucionaria…y así estamos ahora, con un Comité Peninsular intentando reorganizarlas. De seguido, dirigida a ese Comité Peninsular, da su opinión sobre cómo deben ser esas juventudes: deben dar instrucción libertaria a los jóvenes (sin admitir dirigismos), deben contar con un comité de cultura y propaganda y un secretario en cada grupo, no deben existir comités nacionales ni regionales. Además dice, las recientes experiencias (se refiere a las dos insurrecciones anarquistas) muestran que CNT-FAI-JJLL no se bastan para traer una revolución social sino que deben contar “con la gran masa del pueblo productor” por tanto la labor de las JJLL es “manejar de forma inteligente el libro, el folleto, etc.” que permitan que los jóvenes anden por sí solos y sepan elegir las organizaciones revolucionarias que más les apetezcan.

Llegó octubre de 1934 y mientras en Asturias ardía la sangre y en otros lugares la calle se movía, en Vitoria prácticamente no pasó nada. La prensa a fines de septiembre17 señalaba que se habían tomado grandes precauciones, que se detenía e inspeccionaba a cuantos autos entraban y salían de Vitoria y que fuerzas de asalto y agentes de vigilancia habían registrado las sedes de CNT, UGT y Ateneo Libertario y los domicilios de los componentes del comité del partido socialista, infructuosamente. No es que no hubieran hallado nada, es que había muy poco que encontrar. Se limitaron los socialistas18 a declarar la huelga general el seis de octubre, escasamente seguida incluso por sus hermanos ugetistas. Con todo tras el fracaso se clausuró UGT y STV y para no perder la costumbre ante los rumores de que CNT podría intervenir en las protestas por la represión en Asturias y otros lugares a comienzos de noviembre se detuvo a una docena de militantes confederales, se procesó militarmente a algunos de ellos19 y se ilegalizó la CNT.20

Recorte La Libertad 7-11-1934
Noticia cierre del Sindicato Único. Recorte de La Libertad, 7 de noviembre de 1934
Transcripción del texto

La clausura de CNT fue levantada el dos de octubre de 1935 y ese mismo mes fueron encarcelados21 Roque Angulo, Cesáreo Mesanza, Antonio Navarrete, Modesto Navarrete y Ángel Vázquez Lacanal. Fue el mes en que Solidaridad Obrera publicó cuatro artículos procedentes de Vitoria, dos firmados por Ontoñana (=Domingo Martínez de Antoñana)22 y dos por su corresponsal (probablemente Orille)23 de mucho interés por reflejar el ambiente reinante y la postura del Sindicato Único respecto a la situación sociopolítica. El primero llama a emprender una campaña contra las pasiones (las polémicas sobre el frente único, la unidad sindical, la reorganización de los sindicatos, el fantasma de la guerra) “que tantas raíces van echando en nuestro ánimo” y debe ser una campaña sencilla y atrayente y dirigida en primer lugar a allanar tanta pasión y tanto fanatismo. El segundo muestra su escepticismo sobre la inminente caída del capitalismo, porque constata que cuando se enfrentan dos potencias, se enfrentan dos pueblos, no solo los jefes y así no se avanzará “solo cuando el despertar del pueblo sea una realidad, cuando éste rompa las hostilidades con sus verdugos podremos hablar de la caída del capitalismo” y lamentablemente el capitalismo se afianza “ayudado por los pueblos, víctimas de su egoísmo”. Los de Orille se centran en CNT. El primero es un saludo a todos los sindicatos con la vuelta a la legalidad de la CNT vitoriana tras once meses de clandestinidad, afirmando que “continuamos en la lucha donde siempre”, que los trabajadores se hallan un tanto disgregados y apáticos, debido quizás a la represión, al maquiavelismo de los políticos y a la crisis de trabajo, pero no faltan ánimos y en poco tiempo los sindicatos de Vitoria recuperarán su poderío. El segundo comenta la reaparición vigorosa del sindicato con la asamblea del día 17, concurridísima y con ambiente inmejorable (el pueblo está con la CNT, concluye ). La asamblea rechazó la solicitud del gobernador (movimiento de afilados, los nombres y domicilios de las juntas, los cobros de caja) y primero Orille (y después varios más en la misma dirección) tras afirmar que no había contactos con partidos y resto de organizaciones obreras, infirieron que no era posible una unión con los políticos y que respecto a los sindicatos (UGT, STV, Casa Social Católica, a los que analizó) solo existen dos tendencias: la acción directa o la lucha colaboracionista, por tanto no hay unión posible, ni siquiera un pacto circunstancial con nadie, solo la absorción de una de las tendencias porque “Los hombres vinieron a la CNT defraudados de la república, somos la única garantía, no hay que defraudar la esperanza que el pueblo nos ha confiado”. Quedaba claro que no iba a facilitar la tarea al gobierno ni a partir un piñón con los restantes sindicatos.

Miguel Íñiguez y Juan Gómez Perín


1 La Libertad, 29-1-1934, 11-4-1934.- Pensamiento Alavés, 29-1-1934.- Libro Registro de la cárcel de 28 de enero. Orden del gobernador director de la cárcel de encarcelamiento (disposición gubernamental) del grupo de once de la Fuente de Pared, 28-1-1934 (Documento en el Expediente procesal cárcel de Vitoria de Marcelino Salinas).- Los detenidos: Epifanio Aguirre Murguiondo, Valentín García Presas, Agustín Gil Castro, Jenaro López Torrecilla, Paricio Lozano Alonso, Santiago Ortiz de Orruño, Braulio Quintana Quintana, Antonio Rituerto Sáez, Marcelino Salinas Oca, Estanislao Tejada Esparza y Félix Urraca Balmaseda.

2 La Vanguardia, 21-2-1934.

3 La Vanguardia, 21-2-1934.

4 Pensamiento Alavés, 31-3-1934. Los dos más tarde serían asesinados durante la guerra

5 Pensamiento Alavés, 16-4-1934.- El Pueblo, 18-4-1934.- La Vanguardia, 17-4-1934.

6 La Vanguardia, 26-12-1934.

7 Tierra y Libertad, 23-6-1934 (“Alea jacta est”), 30-6-1934 (“Perniciosos derroteros”), 7-7-1934 (“Crónicas de Vitoria”), 14-7-1934 (“Cuestiones de organización anárquica y sindical”).

8 Tierra y Libertad, 28-7-1934 (“Cuestiones de organización anárquica y sindical”) y 4,10-1934 “Las Juventudes Libertarias”.

9 Tierra y Libertad, 23-6-1934.

10 Tierra y Libertad, 30-6-1934.

11 Tierra y Libertad, 2-8-1934.

12 Tierra y Libertad, 7-7-1934.

13 Tierra y Libertad, 14-7-1934.

14 Tierra y Libertad, 28-7-1934.

15 Tierra y Libertad, 16-8-1934. Titulado “Los obreros en huelga forzosa”

16 Tierra y Libertad, 4-10-1934.

17 La Vanguardia, 22-9-1934.

18 Habían constituido un Comité Revolucionario integrado por Primitivo Herrero, Juan Rueda y Víctor Gutiérrez.

19 La Libertad, 7-11-1934.- La Vanguardia, 8-11-1934, 15-1-1935.- Libro registro de detenidos y procesados de la cárcel de Vitoria, días 6 y 7 de noviembre. Sus nombres Nicasio de Marcos, Atanasio Rituerto, José García Salazar, Santiago Sarralde, Inocencio Soto, Julián Alarcia, Erotis Lozano, David Alday, Daniel Orille, Primitivo López Calzada, Félix Estavillo, Santiago Ortiz de Orruño e Ismael Conde. La lista de ingresados en prisión en noviembre fue bastante mayor: el día dos Macario Illera, Santiago Pérez Alzola, Nicolás Turienzo, Víctor González, José Andrés Alonso y Jesús Turienzo y el día 8 Felipe Fernández, Juan Cruz Vazquez, Ignacio Díez, Antonio Gómez de Balujera y Francisco Bengoechea. Los cinco últimos fueron condenados en consejo de guerra en enero de 1935 a tres meses de arresto acusados de sedición.
Causa criminal, 348, Burgos, octubre de 1934, 1098-52 bis, contra Daniel Orille, Vicente Gálvez, Cesáreo Sarralde, Nicolás Neira y José Varona, juzgados y absueltos en noviembre.

20 Javier Gómez, Matar, purgar, sanar (Madrid, Tecnos, 2014), 62-65.- La Libertad, 7-11-1934.

21 Libro registro de detenidos y procesados de la cárcel de Vitoria, 9 de octubre de 1935.

22 Solidaridad Obrera, 1-10-1935 y 2-10-1935, titulados “Todo en desorden” y “Hacia la verdad” y uno tercero, 14-12-1935 de protesta contra la pena de muerte “Más penas de muerte”.

23 Solidaridad Obrera, 15-10-1935 y 23-10-1935, “Reapertura de los sindicatos de la CNT” y “Una asamblea ejemplar”.


– Transcripción del texto del artículo Alea Jacta Est. En Tierra y Libertad del 23 de junio de 1934:

Alea jacta est
Hoy, casi todos los balcones de las moradas de la burguesía vitoriana han aparecido engalanados: lo mismo estaban muchos de la clase productora. ¿De qué se trata para que haya tanta ostentación festiva? Hoy es, según el calendario religioso, la festividad del Corpus Christi, que viene a ser el día más suntuoso del fanatismo jesuítico y, además, en el de hoy, como esta fecha no la han podido celebrar desde hace cuatro años, porque la República «laica» no lo permitía. Pero hete que, ahora, ésta va declinando, o mejor dicho, va retrotrayéndose hacia los postulados del Vaticano, que es tanto como darle rienda suelta y entrada triunfal en España a la carcoma reaccionaria expulsada del país, en principio, cuando se estableció la República del 14 de abril.
Es por esto que se haya hecho la ostentación a la que, presurosa, acude toda la clerigalla de Vitoria y parte de la provincia. Ha sido, sí, todo un alarde de fe y con «sanos» propósitos fascistas donde se incuban también los más caracterizados proyectos del salvajismo y la brutalidad.
Vitoria, junto a las hermanas provincias vascas, ha sido siempre la cuna del clericalismo puro, y por ende donde el fascismo nacional aposenta su cuartel general.
Los Arbués y Torquemadas cuentan con buenos y aguerridos discípulos en esta región norte, así como en las demás regiones de Iberia. Prueba de ello es que, paulatinamente, se van haciendo los amos del país, porque los socialistas y republicanos que tenemos la «suerte» de padecer, así lo desean.
No hace falta historiar la obra político-social-económica que en el Parlamento vienen realizando los gobernantes de gorro frigio desde el 14 de abril hasta la fecha: es bien conocida para que se vuelva a repetir. En lo que llevamos de nuevo régimen, hasta la saciedad es sabido para poderlo olvidar. La verborrea revolucionaria que emplearon todos los políticos que pasaron por el caserón de los dos leones de Madrid, contra la peste reaccionaria de Tedeschini y compañía, se ha trocado en leyes represivas contra el pueblo obrero que se muere de hambre por falta de ocupación: porque la burguesía en general cierra sus fábricas y talleres como represalia contra la República y en favor de las castas destronadas hace treinta y ocho meses.
Esto lo saben perfectamente los gobernantes, pero la labor fascistizante que, jesuíticamente, realizan todos estos elementos, les tiene sin la menor preocupación. Saben los gobernantes que con la República, más o menos socialista, o con fascismo hitleriano, ellos habrán de poderse enchufar, y es por eso que les tiene sin cuidado toda cuanta propaganda quieran hacer.
Donde ponen, tanto demócratas como fascistas, más atención, es en la labor subversiva y revolucionaria que pueden realizar la C. N. T. y la F. A. I., porque se dan cuenta de que, implantando el Comunismo Libertario, ellos habrán de pasar al Museo de los trastos antiguos e inútiles, si no quieren sumarse con buenas intenciones y mejores propósitos, a la nueva sociedad de productores libres. Cualquier turista que viniera a España, a simple vista creerá que aquí no existe crisis de trabajo, y siendo así tampoco el hambre se conoce, pues es un contrasentido manifiesto la ostentación fascista y gubernamental que respectivamente hacen en sus festejos, y en desdoro de las vicisitudes que en los hogares proletarios se sufre.
A propósito de la falta de trabajo: el Gobierno y la Gestora de Álava van a remediar el paro obrero para un lapso de tres años en la provincia. Para paliar este endémico mal, cuentan, según las cornejas, con un presupuesto de seis millones de pesetas, los cuales van a ser empleados en la construcción de una Colonia Penitenciaria (presidio de concentración para revolucionarios y anarquistas) en Labastida. Los camaradas recordarán que Labastida fué uno de los pueblos de la Rioja alavesa donde el movimiento anarquista del 8 de diciembre tomó más ímpetu revolucionario, y es ahí donde, tanto lo republicanos como los socialistas y fascistas, han puesto sus luciérnagas para castigar a los intrépitos adalides del movimiento obrero y libertario.
Alea jacta est. Las huestes neofascistas españolas tienen la suerte echada. Ahora, lo que se precisa es que sus aspiraciones de implantar el caníbal sistema político, no pasen de proyecto. Y para ello, ya que las fracciones políticas la acatarán, luego de haber cantado el mea culpa: sindicalistas de la C. N. del T. y anarquistas, lucharemos una vez más, como en otras ocasiones nos colocamos frente a la tiranía engendrada por el Estado.

LIBERTO

Vitoria y mayo de 1934.


– Transcripción del texto del artículo Zarabanda represiva. En Tierra y Libertad del 4 de octubre de 1934:

Zarabanda represiva
De «zarabanda represiva» intitulamos hoy este articulejo, porque todo él lo dedicamos a la actividad desplegada por todos, los grandes y chicos gladiadores que poseen la «facultad» para aniquilar las ansias de justicia y redención social, que anidan en el espíritu del proletariado militante de la C. N. T. Uno de los principales—todos iguales mejor dicho—en comenzar su obra represiva es el poncio que padecemos en la provincia de Álava, pues hace más de cuatro semanas que a los distintos sindicatos cenetistas les ha prohibido toda clase de reunión y actos de propaganda. Se pasó el 1º de agosto, o sea el «fatídico» día en que se iba hacer la «terrible revolución» marxista, pero nuestra obligada inactividad sindical continúa en la misma situación del primer día en que recibimos aquella disposición (?) pilatesca.
Y no es esto lo peor, sino que todavía («quieras o no quieras») se nos quiere imponer a viva fuerza ese engendro socialfascista de la ley del 8 de abril, o de lo contrario a la C. N. T. de Vitoria se la colocaría, gubernativamente, al margen de la legalidad, y por lo visto «nuestro» simpático gobernador, Bermúdez de Castro, ignora que la organización confederal vitoriana tiene tomados sus acuerdos, firmes y enérgicos, para no acatar de ninguna forma ese expurgo anticonfederal y atentatorio a los principios de libertad. Si se trata de hacernos tragar la píldora, sepan por única y última vez que estamos dispuestos a ir hasta donde sea necesario antes de acatar la ley socialista; si se nos impone la represiva y tiránica medida gubernativa, sepan que en plena «República democrática y de trabajadores» los mismos trabajadores revolucionarios iremos a la clandestinidad y en ella actuaremos y nos desenvolveremos democrática y federalmente.
Pero no se trata solamente de esta cuestión. La medida represiva lleva otros linderos, pues lo que aquí se ventila es la eliminación de los compañeros más activos de la C. N. T. y de la F. A. I. Hace unos días se cometió un atraco en un estanco y a los pocos momentos el camarada José Giménez es detenido, acusándole de ser uno de los autores del atraco. La policía, el gobernador, el juez y todo cristo, sabe perfectamente que el compañero Giménez es inocente de lo que se le acusa, porque da la coincidencia que a la misma hora y minutos en que se realizó el atraco, este compañero estaba conversando a medio kilómetro de distancia con un alguacil. El juez le ha tomado declaración y sabe, creemos, quienes son los autores, pero lleva 15 días en la cárcel a disposición del gobernador, y tanto el juez como el poncio no lo ponen en libertad. ¿De qué se trata? ¿Por qué el compañero Giménez no disfruta de la libertad que no debería haber perdido?
Una vez se ha comprobado la inculpabilidad del compañero Giménez, ¿por qué no se decreta su libertad? ¡Ah! Hace tiempo que este compañero se encuentra sin trabajo y también hace tiempo que la policía le tiene echado el «friso» para aplicarle la ley de Vagos.
He ahí la «razón» fundamental de que este compañero no se halle entre nosotros porque a la policía no le da la realísima gana.
La odisea de este compañero no es única. Otro compañero hay que es completamente inocente de un hecho análogo, y el juez (el mismo que hoy retiene a nuestro compañero) con todas las pruebas justificativas de inculpabilidad lo procesó y después, en el juicio, fué condenado a la pena de cuatro años que los está cumpliendo en la actualidad en el Dueso. Nos referimos al compañero Gerardo García, pues por lo visto con Giménez se quiere cometer la misma e injusta arbitrariedad judicial-policíaca-gubernativa.
Se han podido convencer los que nos lean que en estas actuaciones, tanto por parte del Juzgado como del Gobierno civil, de lo que se trata no es más que de hacernos a la organización específica y confederal, así como también a cuantos a ellas pertenecemos, la vida imposible, que bien puede ser a una poniéndola gubernativa o judicialmente fuera de la ley de Asociaciones, y a los trabajadores y revolucionarios persiguiéndolos y formándoseles fantásticos procesos, como ha sucedido con G. García y ahora se quiere hacer también al compañero Giménez. Pero los resortes represivos empleados por los máximos testaferros de la provincia tienen aún otros alcances tan repulsivos y denigrantes, que los señalaremos más abajo.
Cuando ya creíamos todos que los hechos derivativos del movimiento de diciembre pasado estaban liquidados y que ninguno de cuantos fueron procesados y amnistiados posteriormente tenían nada que solventar con la justicia de los hombres históricos, resulta que hay un pleito planteado por el compañero Daniel Campo, de Haro (Logroño), contra el comisario de policía de Vitoria; pleito este por demás algo así como denigrante, cuando en él están mezclados los guardadores del orden oficial y dignísimos y honrados trabajadores, compañeros nuestros. Este compañero, víctima de un atropello policíaco, quiere reivindicar su situación y recuperar lo retenido por las hordas policiales vitorianas que consiste en 27 pesetas y la documentación personal y militar, que, como decimos, en uno de los días del movimiento revolucionario hubo de venir a Vitoria, lo que motivó para que se le detuviera formándosele proceso, permaneciendo en esta cárcel cinco días y después se le trasladó a la de Haro, para responder ante el juez del distrito y hete que como quiera que no había nada delictivo contra él, el juez ordena su sobreseimiento, siendo puesto en libertad el 28 del mismo mes. En los primeros días de agosto se presenta en la Comisaría de Vitoria a reclamar todo lo que injustamente se le usurpó; pero en este antro ni en ningún otro lugar no saben, o no quieren saber nada de cuanto al compañero Campo le han despojado arbitrariamente.
Y no es esto lo peor. Lo que denigra y crispa los nervios, es que además de ir a reclamar lo que es muy suyo, el mismo comisario que guardó las 27 pesetas y la documentación le amenaza bárbaramente y se le vuelve a atropellar, quedándose el compañero sin poder adquirir lo suyo. Ya, anteriormente, al camarada Barredo, de Labastida, también le birlaron otra buena cantidad de pesetas, habiendo dado el mismo resultado. Todo esto se comprende. Siendo los individuos estos que ostentan impunidad autoritaria de una posición económica deficiente, con el sueldo que usurpan al pueblo productor no tienen lo suficiente para mantener sus vicios, francachelas y orgías; de alguna parte habrán de sacar el dinero para poder seguir manteniendo la vida crapulosa que en ellos en innata. Y claro está: esa parte no es otra que las desgraciadas víctimas que caen bajo su omnímoda y soberbia férula.

LIBERTO

Vitoria y agosto del 34.


– Transcripción del texto de la noticia del cierre del Sindicato Único. En La Libertad del 7 de noviembre de 1934:

Gobierno Civil
Nos informó el señor Bermúdez de Castro que por órdenes recibidas de la superioridad había ordenado la clausura de los locales de C. N. T. y decretado la detención de sus directivos.
La medida es general en España y debe obedecer a confidencias que ha tenido el Gobierno de algo ilegal que se preparaba en Zaragoza como protesta de las ejecuciones dimanantes de los dolorosos sucesos desarrollados en Asturias con motivo del movimiento revolucionario.
En la comisaría de Vigilancia se nos facilitaron los nombres de los detenidos, que son los siguientes:
Nicasio Mardones, Félix Estavillo, Atanasio Rituerto, Santiago Sarralde, Inocencio Soto, Julián Alarcón, David Alday, Daniel Orille, Primitivo López de Calzada, José García Salazar, Erotis Lozano e Ismael Conde.
Todos han ingresado en la Cárcel.
El Gobernador dijo que esta noche regresarían de Asturias dos baterías del Regimiento de Artillería de Montaña.
Preguntado si se había ocupado algo en el Sindicato Único, contestó negativamente, habiéndose limitado la autoridad a proceder a su clausura sin más trámite.