Y entonces llegó:… “Propuesta para un pacto social y político por la
educación” (II)
Si a finales del mes de enero, el Gobierno hizo público el documento
Propuesta para un pacto social y político por la educación, ahora pasado
un mes desde la propuesta inicial ha presentado un segundo texto que
pretende sobre la base de lo señalado en el primer documento plasmar las
aportaciones de diversas organizaciones y asociaciones que parecen
lograr un amplio consenso.Las diferencias no son significativas. Cambia la estructura de las propuestas pero el contenido varía en poco, aunque sí es cierto que engorda desde las 27 páginas iniciales con sus 104 propuestas hasta las 37 páginas finales con sus 137 medidas.
Es verdad que hay muchas propuestas nuevas y otras propuestas que han sido más o menos modificadas. Se insiste en la necesidad de la profesionalización de los equipos directivos (rechazable, entre otras cosas, por la involución democrática que supone), se señalan más medidas relacionadas con la Formación Profesional o se comenta la importancia de flexibilizar vías de comunicación entre los distintos itinerarios del sistema educativo, por poner sólo unos ejemplos. Pero estas nuevas aportaciones no varían el espíritu de un documento que como ya dijimos está lleno de buenas palabras y de pocas medidas realmente cuantificables y operativas.
¿En algo concretarán lo apuntado en la primera propuesta? No, al contrario. Al leer este segundo texto se perciben todavía un mayor número de propuestas basadas en juicios de intenciones.
Entre las propuestas introducidas no parece que estén las más cacareadas por el Partido Popular, cuyo documento no tiene desperdicio ya que hace suyos muchos de los más rancios tópicos sobre lo educativo en la España de hoy. Del debate generado por el primer documento podemos deducir la imposibilidad de un gran acuerdo PP-PSOE debido a los intereses del escondido juego electoral. Si el Gobierno consigue un gran pacto por la educación lo venderían, sin duda, como un logro. Por esto, el PP instalado en la lógica de desgaste nunca se mostraría proclive a pactos de esta índole.
Parece que la cosa quedará, por tanto, en una ley “Made in PSOE” y acólitos, siendo bastante probable que el engendro PP-PSOE (LOCE-LOE) tenga que esperar una mejor ocasión.
Antes de terminar queremos señalar que ya se apuntan en esta ley muchas líneas de trabajo rechazables. Y decimos “líneas de trabajo” porque medidas precisas que se puedan aplicar tal y como están enunciadas en el documento hay muy pocas.
Ya mencionamos algunos aspectos que nos parecen especialmente rechazables, pero no nos detuvimos, por ejemplo, en el rechazo de la profesionalización de los cargos directivos que pretende abrir una brecha jerárquica entre el que gestiona y dirige y los trabajadores. En la Comunidad de Madrid los pasos dados en este sentido, están convirtiendo a muchos directores en hipergarantes de los intereses de la administración enfrentados incluso a los intereses de la comunidad educativa a la que supuestamente representan.
No podemos olvidar otro aspecto fundamental, el servicio público en educación: en la Propuesta para un pacto… se menciona de manera constante que dicho servicio público es prestado por la enseñanza pública estatal y por la enseñanza privada concertada. ¿Todas las empresas o instituciones que reciben subvenciones son públicas? No, eso es deformar la realidad. Algunos podrán argumentar que estas empresas se dedican a una labor esencial como es la enseñanza, siendo, por tanto, su tarea fundamental para la sociedad y de ahí que al recibir dinero público se las considere un servicio de todos y para todos. Nuestro punto de vista es claro: la estructura organizativa de un centro concertado es como una empresa; el objetivo de una institución de este tipo no tiene por qué poner en primer lugar lo educativo, pues todo negocio tiene otra prioridad; el sistema de elección de trabajadores es como una empresa privada, etc. Creemos que todas estas diferencias son suficientes para distinguir claramente que el servicio público de enseñanza lo debe dar la escuela pública y que la enseñanza privada concertada debe ser un modelo a extinguir como hemos explicado en algunos de nuestros documentos.
No queremos extendernos más, pues suponemos la pronta aparición de un documento definitivo sobre el que posicionarnos definitivamente. Solo decir que propuestas de debates para pactos, reformas de un tipo y otro, sólo nos inspiran desconfianza pues ya hemos sufrido muchas en nuestras carnes. Y la situación actual no es precisamente envidiable.
La CNT seguirá con su trabajo de difusión de los valores y principios anarquistas, en el ámbito educativo y allí donde pueda. Para ello seguirá luchando por medidas necesarias que fomenten la autogestión, el asamblearismo y la horizontalidad, sin perder de vista su último objetivo, el comunismo libertario, una alternativa necesaria a la miseria moral del capitalismo que nos gobierna.