El gobierno se quita definitivamente la careta de progresista y social

CNT ante el paquete de medidas «contra la crisis» anunciado ayer

– Para CNT el coste de la crisis debe recaer en quienes la han creado: entidades financieras y las inmobiliarias.

– El sindicato anuncia movilizaciones.

Se veía venir: los planes del gobierno para estabilizar y reducir el
déficit público, que ya superaba el 11%, han hecho recaer el coste de
la crisis sobre los hombros de los más desfavorecidos. Aunque habrá que
ver cómo concreta el Consejo de Ministros el próximo viernes las
medidas anunciadas ayer, es más que evidente que las propuestas
económicas van encaminadas a satisfacer a la banca y a la patronal (no
en vano, estos últimos se han lanzado rápidamente a aplaudir las
medidas), y de camino transigir ante los designios neoliberales que
imperan en la UE.

CNT, que este año celebra su centenario de existencia, y quizás por
eso mismo, por la experiencia, viene actuando -en la medida de sus
posibilidades- para frenar la sangría de parados, así como denunciando
la complacencia gubernamental con la banca y las grandes inmobiliarias
y las pocas ganas de sacar a la superficie ese 25% del PIB que está
sumergido, denuncia igualmente desidia subvencionada del sindicalismo
oficial que hasta ahora no ha encontrado motivos para movilizarse. Hay,
por tanto, una complicidad sindical -al menos del sindicalismo oficial-
en estas medidas. 

CNT cree que si hubiese habido unas movilizaciones previas, el
gobierno no se hubiese atrevido a presentar las medidas que anunció
ayer y hubiesen recortado de otros lados. También se hubiera preocupado
de buscar ingresos donde realmente se encuentra el dinero; esto es, en
la banca, en la bolsa, en los impuestos de sociedades, de sucesiones,
en los edge founds, etc. Es notorio, por ejemplo, que en todo el
paquete de medidas no se mencionen las grandes fortunas que se
encuentran refugiadas en las Sociedades de Inversión de capital
Variable (SICAV) y continúan tributando al 1%, que no se persiga el
fraude fiscal de las grandes empresas que puede llegar a los 280.000
millones de euros aproximadamente y situaciones similares.

Para CNT el coste de la crisis debe recaer sobre los que la han
creado, que no son otros que las entidades financieras y las
inmobiliarias; pero como no será suficiente para tapar el déficit, CNT
propone que el sueldo de los políticos -de todos- sea igual que el de
los funcionarios a quienes van a rebajar el salario, al fin y al cabo
dicen que trabajan para los ciudadanos; la eliminación total de
cualquier tipo de subvención a sindicatos y partidos; la eliminación de
ayudas a las diferentes confesiones religiosas; la puesta en marcha en
la Agencia Tributaria y en la Inspección de Trabajo de unidades
especiales contra la economía sumergida, la eliminación de las misiones
militares en el exterior, que sólo entre enero y septiembre del año
pasado superaron los 713, 5 millones de euros…

Finalmente, CNT considera una equivocación seguir negociando la
reforma laboral, que no es sino una concesión a la patronal, puesto que
va a suponer la pérdida de más derechos y que un sindicato mínimamente
serio no debería hacer. Por todo ello, para nuestra organización, la
única posibilidad de ir corrigiendo esta situación es luchar contra
esta agresión de los poderes económicos mediante el enfrentamiento
social, continuando y ampliando las movilizaciones que, en la medida de
nuestras posibilidades, hemos protagonizado ya en diferentes sectores y
localidades.