Indiferencia y crimen son lo mismo Mark Edelmann, líder de la rebelión del gueto de Varsovia.
Creemos que estas deportaciones vulneran los
derechos fundamentales de un colectivo cuyos integrantes son ciudadanos
europeos de pleno derecho. La deportación masiva de miembros del pueblo
romaní es un hecho que nos denigra a todos, sin excepción, seamos
franceses o no. Nos parece alarmante que en un país como Francia, qué
fue víctima del nazismo durante largos años y que ha vivido en sus
carnes lo que significa el crimen racial (deportaciones masivas
incluidas), se esté cometiendo este atropello. Consideramos que estos
hechos tienen su base en una política institucional de estigmatización
del pueblo romani.
Parece que para el gobierno neofascista francés
todos son culpables, todos son delincuentes, todos, sin excepción
alguna, merecen la desportación. Destruyen sus viviendas y los echan del
país por el hecho de pertenecer a un determinado pueblo. Todos pagan
por igual, familias enteras, sin importar que haya niños y personas
mayores que van a ver empeoradas aún más sus condiciones de vida. Son
principios institucionalmente racistas los que mueven al Ministerio de
Interior francés. Es una vergüenza.
Se identifica inexcusablemente al pueblo gitano
con el robo, la delincuencia, la droga… Se les tacha de ser
antisociales… A todos, sin distinción. Pero por qué no se tacha de lo
mismo a la casta de los banqueros, especuladores y demás escoria que han
llevado a la ruina a medio mundo con sus trapicheos y están en casita
tan tranquilos. ¿Es que no son todos iguales? ¿Por qué no se deporta a
esta casta de rufianes? ¿O es que ellos no son delincuentes, ladrones ni
trapichean con droga? ¿Es que esta gente, enemiga del pueblo, no es
antisocial? Claro que lo son. Para combatir el crimen organizado lo
primero que hay que hacer es meterle mano a esta panda de chorizos.
La guerra contra el pobre se recrudece y es
deber, ya no solo de los militantes antirracistas y anticapitalistas,
sino de toda la gente de bien, salir al paso de estos atropellos que nos
devuelven a lo más negro de la historia de Europa. Es imperativo alzar
la voz.
¡Basta de deportaciones!