El Primero de Mayo del año pasado le comenté a un amigo que la situación de los trabajadores era tan mala que ya no podía ser peor. El amigo, que es un optimista, me dijo: sí, sí, sí que puede. Y como además es visionario en su segunda acepción añadió: ya verás el año que viene.
El año que viene es este año y mi amigo tenía razón: se podía estar peor, estamos peor que hace un año. Y hace uno estábamos peor que hace dos, y hace dos que hace tres, y hay que poner un etcétera largo.
Es una costumbre hacer balance este día tan señalado incluso en el calendario. Y es cierto que últimamente ese balance ha sido siempre negatifo, nunca positifo.
Pero reconocer la realidad no quiere decir que la aceptemos para siempre jamás. Es verdad que en los últimos asaltos el contrincante nos está dando duro pero todavía no hemos besado la lona, somos buenos fajadores. Encajamos los golpes, recomponemos las defensas y seguimos adelante.
Y aquí está el 1º de Mayo para demostrarlo, un día histórico en esta larga pelea.
Sucedió en Chicago, en 1886. Los trabajadores se lanzaron a la huelga para conseguir la jornada de ocho horas. La respuesta por parte de las autoridades fue la detención de cientos de obreros y la ejecución en la horca de 4 de ellos. Lo hicieron después de condenarlos en un juicio. Todo legal, amigos, todo legal. El asesinato, legal, de estos anarquistas (porque eran anarquistas, qué casualidad) fue tan infame y tan inmoral que tuvo una tremenda resonancia en todo el mundo. De ahí que el 1º de Mayo sea conocido y reconocido como el día de los trabajadores.
Esta es la historia, y nuestro Ricardo Mella, que sabía lo importante que era la letra impresa, la dejó escrita para que conste donde y cuando sea necesario.
En realidad esta historia no era nueva. Muchas historias como ésta o parecidas habían sucedido antes de 1886 y siguieron sucediendo después de los acontecimientos de Chicago. La historia del 1º de Mayo es la historia de la lucha de los trabajadores por su emancipación y es también la historia de la respuesta de los patronos, de su policía y de su estado a esa lucha: la represión y el asesinato en todas sus variantes.
El 1º de Mayo por tanto tiene un solo significado: lucha obrera. Pero cada año y en cada lugar esa lucha se concreta de diferente forma. En Chicago, hace 128 años fue la jornada de ocho horas. Hoy es la defensa de todos los derechos laborales y sociales que tanto nos había costado conseguir.
Y es que poquito a poco, como en los boleros, nos están dejando en cueros.
Un cuento, dos cuentos, tres cuentos: lo hacemos por el empleo, por los jóvenes, por los mayores, por los jubilados, por las pensiones. Pero el empleo ha ido a menos, trabajan pocos jóvenes y los que lo hacen lo hacen de forma precaria, y los mayores tienen que cotizar más años y cuando se jubilan les queda menos pensión.
Han sido los gobiernos de turno, sí, pero con la colaboración más que interesada del sindicalismo vertical, los que han implantado este sistema de pactos y subvenciones para unos, de señores feudales dueños de campos, fábricas y esclavos para otros y de palo, mordaza y grilletes para la clase obrera.
En la película titulada “cadena perpetua” hay un preso que lleva toda la vida en la cárcel y cuando lo dejan libre no sabe qué hacer y se suicida. Otro preso explica que lo que le ha pasado es que estaba institucionalizado, formaba parte de la institución carcelaria, por él mismo era incapaz de hacer nada, no era nadie fuera de la cárcel.
Eso y no otra cosa es lo que les pasa a estos, a todos estos, que están institucionalizados, que necesitan la subvención lo mismo que nosotros el oxígeno para respirar. Luego se hacen los orejas y dicen que el sufrimiento lo ha traído la crisis…. La crisis y todos vosotros, ¡mamones! (y no es un insulto).
La crisis, la crisis, efectivamente hay crisis, pero sólo para nosotros los trabajadores.
No podemos negar que en los últimos tiempos han cerrado muchas empresas, sobre todo pequeñas empresas, porque no sacaban la rentabilidad deseada, pero los únicos que han sufrido las consecuencias son los trabajadores quedándose en la calle. Eso, eso sí que es un problema para el que lo padece, el único problema real, todo lo demás es inventado por el capitalismo globalizado y mundial, cuentos de terror para asustarnos.
Dicen que somos destructivos y que solo sabemos negar. Se equivocan nuevamente. Sabemos decir sí.
Que sí, que este problema tiene solución. Porque sí, sí hay trabajo, claro que hay trabajo, y mucho, pero está mal repartido. Y lo decimos con los datos que la patronal y el propio estado publicita. Según esos datos hay un millón de pluriempleados y se hacen 500 millones de horas extraordinarias al año (o sea que son muchísimas más porque hay otras tantas que se les escapan sin contabilizar).
Y que sí, que hay riqueza pero que está mal repartida. Las empresas tienen menos beneficios que hace tres o cuatro años pero siguen siendo grandes beneficios…. Los clubes de fútbol profesionales siguen recibiendo 700 millones anuales en subvenciones, son 10.000 millones los gastos de representación de los asesores en todas las administraciones públicas, y el dinero que se han gastado en comprar coches oficiales, tanquetas, aviones, etc ha sido tremendo (me pierdo en esas cifras). Así que queda claro que no es problema de dinero.
El problema está en el sistema mismo, en la mala planificación y en la mala organización, no en la falta de trabajo y riqueza. Y las consecuencias, eso que llaman crisis nos las tragamos los trabajadores, especialmente aquellos que están parados, los trabajadores jubilados y los trabajadores emigrantes.
En mayo del 68 se decía: sed realistas, pedid lo imposible. Nosotros este 1º de Mayo de 2014 seguimos siendo utópicos pero solo reclamamos lo posible.
Reivindicamos 30 horas de trabajo semanal y un salario mínimo y unas pensiones mínimas de 1000 € mensuales.
Eliminación absoluta de las horas extras, los destajos y los pluriempleos. Liquidación del sistema de intermediación, acabar con las contratas y las subcontratas, y las subcontratas de la subcontratas, y acabar también con esas empresas-vampiro y parásitas del trabajo digno que son las ett, que hacen que el dinero se pierda en burocracias. No podemos soportar esos contratos de formación que no forman sino que deforman nuestra dignidad, ni contratos a tiempo parcial que nos hacen trabajar más horas que si fueran a tiempo completo. Queremos contratos claros, estables, con periodos de prueba cortos y sin abusos.
No queremos que haya despidos de ningún tipo pero si despiden a alguien y se declara improcedente que no sea el patrón el que decida si vuelve a entrar a trabajar o se queda en la calle. Si es improcedente, es improcedente y por lo tanto será siempre el trabajador quien decida si quiere volver a trabajar o quiere la indemnización. Y si no hay más remedio, si nos vamos a la calle, qué menos que nos indemnicen con 45 días en todos los casos por cada año que hemos estado explotados.
Que cuando estamos enfermos nos paguen desde el primer día de la baja el 100% del salario, porque no nos ponemos enfermos por gusto ni porque nos vaya la marcha. Y eso de que sean las mutuas patronales las que decidan cuando hay que darle la baja o el alta al trabajador, de eso nada monada, que estos te envían a currar incluso aunque estés muerto con tal de no pagar.
Y que eso que se llama libertad sindical sea real. Que el sindicato en la empresa, o sea las secciones sindicales se reconozcan plenamente de una vez por todas. Que a mí no me representa ningún comité, que si yo soy de la CNT sea la CNT la que me represente y nadie más.
Estas son nuestras reivindicaciones. Este es nuestro Primero de Mayo. Por eso está luchando la CNT, y a esa lucha llamamos a todos los trabajadores.
1º de Mayo = Ahora = Solidaridad, acción directa, autogestión.
¡¡¡ Ahora anarcosindicalismo !!!