Frente a los tópicos izquierdistas. Una alternativa libertaria para el mundo actual, siglo XXI y España.
La acción directa
La acción directa ha sido de siempre el medio de lucha de las organizaciones libertarias, y en concreto de la CNT. No su único medio, sino el preferente y el deseable. En lo antiguo cuando se hablaba de usar la acción directa en la lucha obrera, se concretaba en tres instrumentos: la huelga, el sabotaje y el sindicato. La CNT normalmente para asuntos de índole estrictamente laboral no utilizaba abogados. CNT no tendía a judicializar los conflictos. Trataba de resolverlos directamente con el patrón, sin intermediarios, o sea, sin acudir a instancias judiciales ni políticas. Para la CNT los jueces no existían en los conflictos laborales y también deseaba que no existieran comités paritarios (patronos y sindicatos) que arbitraran las disputas, así la gran huelga vitoriana de octubre de 1930 se desencadenó fundamentalmente para rechazar los comités paritarios. La CNT entendía que los conflictos eran algo exclusivo de los trabajadores con sus patronos.
Cierto que los tiempos han cambiado y que hablar hoy de “sabotajes” y similares, espanta a casi todo el mundo, que es como decir que en la práctica son inviables. El uso de la huelga, en el momento actual, es también instrumento que salvo en casos de desesperación, lleva el mismo camino: consunción por falta de uso. Realmente es la actuación del sindicato lo que nos queda. Entonces debemos preguntarnos en qué consiste hoy la “acción directa”. Hoy acción directa significa simplemente “acción” “hacer algo” por poco que sea. Hoy nadie hace nada: se consulta la ley y se cumple escrupulosamente. Si hay dudas, que actúe el abogado. El sindicalismo casi consiste hoy en aplicar las leyes laborales, y si un caso interesa más que otros por motivos diversos, echar mano del letrado para que en el entresijo de las leyes encuentre unas líneas confusas, poco explícitas o ambiguas que le permitan sacar algún provecho convenciendo al juez de turno. El que tiene mejor abogado, gana. Los jueces son los reyes del mambo, de la jota y del zapateado. Así actúan todos los sindicatos y en ese terreno está entrando en los últimos tiempos la CNT (secretaría de jurídica y GTC) sin que se sepa muy bien por qué, ni cuáles son los beneficios. para el conjunto de la anarcosindical. Si la Organización entiende que se debe contar con algún que otro “liberado”, personalmente prefiero que sean compañeros por hacer labor sindical (como sucedía en lo antiguo), no abogados, economistas o graduados sociales por labores jurídicas. Históricamente la CNT tenía abogados para casos relevantes: afiliados sobre los que pendían posibles condenas de docenas de años de cárcel o muerte, detenidos en insurrecciones o huelgas generales revolucionarias. No los tenía para reclamar doscientos euros o dos días de vacaciones (éstas son reclamaciones que debe resolverlas el sindicato con su acción).
Decíamos arriba que hoy acción directa significa simplemente acción, hacer algo, moverse. Y decíamos que ningún sindicato se mueve. Y también hemos escrito que lo que ha caracterizado siempre a CNT es moverse. Si miramos los conflictos en que ha intervenido la CNT de Vitoria en los últimos años, cuando hemos conseguido algo (y lo hemos conseguido repetidamente), ha sido moviéndonos. Cinco compañeros delante de una panadería, seis delante de una peluquería, siete ante un hotel, unas docenas de correos enviados a una asesoría, una pancarta en sitio visible, unas octavillas repartidas en los alrededores de una empresa en conflicto y siempre con perseverancia. Puede parecer poco, pero es mucho. Y pareciendo poco exige un componente notable de solidaridad y de organización.
Porque para realizar tan aparentemente sencillas actividades hay que tener una mínima capacidad. La acción directa, la acción simplemente, es difícil de llevar a cabo, más cuando en los actuales tiempos la mayoría de la gente no se mueve más que por sus intereses personales y a veces ni por esos. No basta afirmar que nuestro instrumento de lucha es la acción directa. Hay que tener capacidad para aplicarla. Y a fecha de hoy es difícil, en ocasiones extremadamente difícil contar con esa capacidad. Para contar con esa capacidad antes debe imponerse el principio solidario y lamentablemente la gente suele pedir solidaridad, pero no suele prestarla. Seguiremos.
Laurencio Ibarra