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El experto, reclamado por el Congreso para explicar su visión, critica la reforma del PP y pide reforzar el sistema con más impuestos
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Ignacio Zubiri Catedrático de la UPV/EHU
Ignacio Zubiri suele levantar ampollas allí donde va por la crudeza con la que expone sus ideas, muchas veces incómodas para los políticos y siempre avaladas por cuantiosos datos difíciles de rebatir. El catedrático de Economía Aplicada y Hacienda Pública de la UPV/EHU ya desató una tormenta cuando presentó, junto a otros colegas en el Parlamento vasco, un estudio sobre el fraude fiscal y reprochó la falta de transparencia de las Haciendas forales. Hace días intervino ante la Comisión del Pacto de Toledo del Congreso para dar su opinión sobre las pensiones. Ofreció una visión muy catastrofista de la que culpó, en gran medida, a la reforma realizada por el PP en 2013.
ANA BARANDIARAN | BILBAO. 11 diciembre 2016
-Su conclusión fue tajante: o se aumentan los ingresos con más impuestos o habrá un grave empobrecimiento de los pensionistas.
-Efectivamente. Lo que expliqué en esa comparecencia es que tenemos dos problemas: uno a corto plazo y otro a largo. A corto es un problema de financiación porque la recaudación no da para pagar las pensiones y por eso tenemos un déficit. Este desequilibrio se debe a que las cotizaciones han caído con la crisis, mientras que el gasto en pensiones crece a un ritmo del 3,5% anual. A largo plazo esa brecha se va a subsanar porque, tras las reformas de 2011 y 2013, el sistema está programado para que las pensiones bajen lo que haga falta para ajustarse a los ingresos. Todo el ajuste recaerá en los jubilados, que verán caer sus prestaciones entre un 35% y un 45%.
LAS CLAVES
«Todo el ajuste se carga en los jubilados, que sufrirán un recorte de la prestación del 35% al 45%»
«Las gestoras de planes de pensiones son muy ineficientes. Se les da mejor cobrar comisiones»
-¿En qué horizonte?
-En 2050. Para entonces un pensionista cobrará con las reglas nuevas entre un 35% y un 45% menos que lo que cobraría con las antiguas. Pero eso no es lo peor. Para mí lo más grave es que si ahora la pensión sobre el salario medio es del 59%, al llegar a esa fecha la proporción descenderá al 40%. Eso implica que la mayoría de los pensionistas van a caer por debajo del umbral de la pobreza. Es un gran deterioro porque hasta ahora el sistema de la Seguridad Social ha sido muy efectivo para reducir la pobreza. Además, desde que uno se jubila hasta que muera va a perder poder adquisitivo debido a que la revalorización anual está limitada al 0,25% mientras haya déficit o la economía vaya mal. Este punto de la reforma del PP hay que abolirlo y referenciar el aumento de las pensiones al IPC.
-El Gobierno central defiende que el sistema español de pensiones es muy generoso con argumentos como que la tasa de sustitución -lo que se cobra de pensión en relación al último salario- alcanza el 79%, muy por encima de la media europea. Por eso justifica la adopción de medidas de recorte.
-Si tienes en cuenta otras variables, esa supuesta generosidad se difumina. Lo que está claro es que el aumento del gasto en pensiones se va a cargar en los jubilados en forma de menores prestaciones. La prueba es que España prevé gastar en pensiones en los próximos años una cifra muy similar a la actual, un 11,8% del PIB. ¿Cómo es posible si los pensionistas van a pasar de ser 9 millones a 15?
-El Ejecutivo de Rajoy confía en que la creación de empleo ayude a cerrar el agujero.
-Pensar que esto se resuelve con la creación de empleo es ingenuo. Solo este año haría falta generar tres millones de puestos de trabajo para financiar el déficit de las pensiones, que ronda los 18.000 millones. Y encima serían necesarios empleos de calidad. A largo plazo es todavía peor. Teniendo en cuenta que el número de pensionistas va a crecer en 6,5 millones, harían falta 12 millones de puestos de trabajo adicionales.
-Es muy crítico con algunas de las soluciones que se proponen. Especialmente con la de complementar el sistema público con planes de pensiones privados, ahora muy de moda por el cierre del año.
-Para empezar, a mí me parece injusto que a la actual generación de trabajadores se le obligue a pagar dos pensiones, la de los ya jubilados y la suya a través del ahorro. Pero, en un plano más práctico, la realidad es que la mayoría de personas no tiene capacidad de ahorro porque casi todo lo dedica a la vivienda. Para una pensión equivalente al 10% del salario, hay que ahorrar el 7,5% del mismo durante 30 años. Por eso son los ricos, que tienen más capacidad de ahorro, los que más se benefician de las deducciones a las inversiones en planes de pensiones. Y esas desgravaciones se llevan el 3% de la recaudación del IRPF. Pero es que, además, las gestoras en España son muy ineficientes y consiguen muy poca rentabilidad. Son mucho más hábiles en cobrar comisiones.
-Tampoco es partidario de sacar del sistema las pensiones de viudedad y pagarlas con cargo al Presupuesto.
-Son 20.000 millones. ¿De dónde los van a sacar si están mirando todos los cajones para reducir en 5.000 millones el déficit público? Creo que es mejor abordar una reforma integral del sistema.
-¿Cuál es su propuesta?
-Ahora tenemos un modelo actuarial en el que las pensiones se ajustan a los ingresos del sistema. Yo propongo pasar a un modelo social en el que las pensiones sean un derecho y que se tomen las medidas necesarias para pagarlas. Se puede poner un tope de gasto sobre el PIB para que no se desmadre. Pero esto cuesta mucho dinero. Hay que subir cotizaciones, impuestos…
-¿Cree entonces necesario subir las cotizaciones a la Seguridad Social? Hay temor a que esa medida lastre el empleo.
-Bueno, creo que la cotización de los trabajadores se puede subir tres puntos y uno el de las empresas. También soy partidario de destopar la base máxima de cotización, al menos parcialmente, con un aumento mayor del aplicado por el Gobierno central. Asimismo, en el futuro se podrá transferir una parte de las cotizaciones por desempleo al sistema de pensiones.
-¿Qué impuestos subiría?
-Creo que un modelo social como el que propongo requiere dejar claro que las pensiones no solo dependen de los salarios y las cotizaciones, sino que también debe aportar su parte el capital. Por eso creo que la base imponible del ahorro debe tributar a la misma tasa que las rentas del trabajo. Habría que crear un impuesto sobre las transacciones financieras y otro de la riqueza, similar al que había antes en Guipúzcoa.
