YUNCLER, EL PUEBLO DE TOLEDO QUE ESCONDE EL MAYOR ARCHIVO DEL ANARQUISMO – ABC

Entre los documentos que conserva, hay notas manuscritas de Durruti y más de 6.000 carteles originales de todo el mundo.

«La anarquía es la única forma de socialización que corresponde a una sociedad emancipada, libre, consciente, instruida y justa». Esta es una de las frases más conocidas del pensamiento libertario, acuñada por Anselmo Lorenzo (1841-1914), uno de los primeros representantes de este movimiento en el país y conocido como «el abuelo del anarquismo español».

Juan Cruz, uno de los responsables del archivo, en uno de los pasillos – H. Fraile

Lo que mucha gente desconoce es que este teórico anarquista, nacido en el seno de una humilde familia de Toledo, es el que da nombre al centro documental de la Fundación Anselmo Lorenzo (FAL). Es el mayor archivo del anarcosindicalismo español, que se encuentra en una nave industrial de la cercana localidad de Yuncler, en plena comarca de La Sagra. Allí, a poco más de 50 kilómetros de la glorieta de Embajadores de Madrid, donde se encuentra la sede del sindicato CNT (Confederación Nacional del Trabajo), abre las puertas a ABC uno de los archiveros del centro, Juan Cruz. Él, junto con otros dos compañeros son los encargados, en régimen de cooperativa, de que este proyecto funcione correctamente.

«Anselmo Lorenzo no es muy recordado en su tierra natal», afirma Juan Cruz, quien destaca la importancia del personaje. Según relata, fue uno de los organizadores de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) o Primera Internacional de los Trabajadores (PIT), creada en Londres en 1864. Ya también fue uno de los fundadores en 1910 de la CNT, que fue el sindicato con más afiliados a principios del siglo XX, llegando a un millón de miembros.

La elección de Yuncler viene motivada por la falta de espacio de la sede de Madrid, aunque prevaleció que fuera un lugar cercano a la capital y más económico, como es el caso de este pueblo del norte de la provincia de Toledo. El centro documental de la FAL sirve de refugio para el archivo más grande e importante del anarquismo español, con documentos que datan desde los orígenes del movimiento hasta la actualidad. Esto es debido, según apunta el archivero, a que la Fundación Anselmo Lorenzo está asociada a la CNT, por lo que el volumen de entrada de documentos no para de crecer, pues, al estar aún activo el sindicato, sigue generando documentación.

El responsable del centro recuerda que la Fundación Anselmo Lorenzo se creó en 1987 con tres fines: recuperar todo el patrimonio material (carteles, películas, fotografías, libros o cualquier tipo de documento) de la CNT y de todo el movimiento libertario para que esté todo unificado en un mismo espacio; conservarlo y trabajarlo de manera profesional y, por último, ponerlo en valor y divulgarlo para que la gente lo conozca.

Fotografías de milicianos en Toledo durante la guerra civil española – H. Fraile

En total, el centro documental de la FAL cuenta con unos 7.000 libros catalogados, unos 40.000 volúmenes pendientes de clasificación y Juan Cruz subraya que poseen algunos ejemplares que incluso la Biblioteca Nacional no tiene en su catálogo. Asimismo, conservan unos 5.000 legajos de archivos personales, un interesante material filmográfico y audiovisual; un número superior a las 1.700 fotografías del periodo de la guerra civil española, así como unas 5.000 del periodo posterior a la dictadura franquista.

En la sección de hemeroteca hay más de 3.500 cabeceras anarquistas y de otras asociaciones obreras y culturales libertarias de todo el mundo y en todos los idiomas, muchas de ellas incluso en esperanto o japonés. De hecho, el archivero cuenta que en una exposición reciente que la FAL ha hecho sobre el exilio libertario se incluían periódicos redactados por anarquistas que acabaron en Francia, Gran Bretaña, el norte de África, Latinoamérica e incluso en Australia.

Pero, si hay unos documentos que llaman la atención en el archivo de Yuncler, esos son los 11.000 carteles con los que cuentan, de los cuales entre 6.000 y 7.000 son originales y el resto son copias. La cartelería guardada allí está realizada por artistas y diseñadores anarquistas de todo el mundo y en todos los idiomas.

Los tesoros del archivo

Entre algunos de los tesoros que se custodian en el interior de la nave industrial del polígono Las Atalayas, Juan Cruz destaca, por ejemplo, sellos de la CNT que se guardaban en relojes de forma clandestina durante el franquismo o el carné de afiliado de Buenaventura Durruti de la UGT en León, antes de entrar en el sindicato anarquista. Además, se puede ver una nota manuscrita del mismo Durruti desde el frente de Madrid durante la Guerra Civil, que se incluye en el fondo personal de Abel Paz, otro importante símbolo del anarcosindicalismo español fallecido en 2009.

Algunos de los 6.000 carteles originales con temática anarquista que se pueden ver – H. Fraile

Para consultar toda esa documentación y sacar adelante trabajos de investigación de ella, llega cada año un gran número de estudiosos del movimiento anarquista u obrero. El encargado del centro de la FAL informa de que en el 2019 fueron más de 300 las personas que pasaron por el archivo. Allí acuden desde asociaciones para la recuperación de la memoria histórica, investigadores de gran prestigio hasta cualquier ciudadano de a pie en busca de un documento de algún familiar o en el que estén interesados.

«Nunca el tiempo es suficiente para sacar el trabajo adelante», asegura Juan Cruz, que junto con sus dos compañeros y algunos voluntarios se reparte las tareas del centro. Lo mismo pasa con la cuestión económica algunas veces porque la FAL, al igual que la CNT, se nutre tan sólo de los fondos de los afiliados y socios, ya que no reciben subvenciones públicas y el gasto es superior a los costes de mantenimiento.

Según explica el archivero, una parte de la cuota de los afiliados a la CNT, en torno a un 0,8%, va destinada al sostenimiento del centro de la FAL. Además, están los socios de la fundación, que cada uno de ello paga un mínimo de 40 euros anuales, y hay una categoría especial de pago de 10 euros al mes por parte de cada afiliado al sindicato, que actualmente cuenta con unos 7.000 miembros. «Aun así —puntualiza—, esperamos que esta situación se vaya invirtiendo en los próximos años, ya que está creciendo el número de afiliados y es posible que haya más ingresos, por lo que a medio plazo podemos estar tranquilos».

Mariano Cebrián

Artículo publicado en ABC