Extraído del Pandora nº 129.
Tras este 1º de mayo qué pasará a la historia cómo el de menor movilización de la clase trabajadora, y no por esta pandemia ni tampoco porque cayera en viernes y hubiera que aprovechar para hacer alguna escapada, no, para no movilizarnos nos bastamos solas. El sueño de la patronal asesina convertida en realidad. «Quedate en casa», el distópico, pero hoy por las circunstancias, necesario eslogan, condena una vez más a la clase trabajadora a pagar la cuenta de esta crisis al igual que todas las anteriores.
El aluvión de despidos que se espera y que ya estamos padeciendo, ERTEs por doquier y un aumento de la precariedad (principal causa de los accidentes laborales) en los trabajos considerados esenciales hace más patente la necesidad de organización de todos y todas las trabajadoras.
Llegamos a esta crisis con la tasa de afiliación más baja de cuánto recordamos, por errores propios, no podemos negarlo, pero también por una incesable campaña publicitaria de desprestigio orquestada por ese ser mitológico pero tan real cómo es el capitalismo. Esa Hidra de Lerna, de tantas cabezas cómo patrones despiadados son los principales culpables de esta desafección, de la ruptura de ese vínculo inherente y consustancial cómo es trabajador-sindicato. En la unión radica nuestra fuerza, y nuestra fuerza es la capacidad de parar toda la producción y hacer tambalear todo este sistema.
Somos trabajadores y trabajadoras como tú, explotadas, cansadas de padecer abusos de nuestros jefes, unidas para impedirlo en torno a un sindicato, CNT. Nunca es tarde para acudir a tu sindicato, en CNT lo sabemos y te esperamos, somos tú mejor herramienta de lucha, cuenta con nosotros y con nosotras, cuenta con CNT.
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