Continuamos nuestro octubre libertario -que quisiéramos eterno- abarcando también un noviembre rojinegro… Y esta vez lo hacemos de la mano de Ignacio C. Soriano Jiménez nacido en Castilruiz (Soria) en 1953. Carpintero, bibliotecario e investigador combativo e incansable, es autor de numerosos artículos y obras en solitario o en cooperación con otros autores, entre las que destacamos: Hermoso Plaja Saló y Carmen Paredes Sans. El anarquismo silencioso 1889-1982 (tesis defendida en 2002, disponible en línea); Bibliografía del anarquismo en España 1868-1939: enriquecida con notas y comentarios (editada por primera vez en 2007, también disponible en línea); Isaac Puente Amestoy. Anarquista (Asociación Isaac Puente, 2010); Victoriano Crémer Alonso en el anarquismo y otros caminos (DosSoles, 2014); El anarquismo en Burgos (Fundación Anselmo Lorenzo, 2015); José María Blázquez de Pedro, anarquista de ambos mundos (Asociación Isaac Puente, 2017); Antonio Benaiges Nogués (Asociación Escuela Benaiges, 2018); Diccionario del anarquismo en Burgos (1871 – 1975). (CNT Burgos, 2022); Lucía Sánchez Saornil. Entre mujeres anarquistas (La linterna sorda, 2022); y, Obreras anarquistas y sociedad civil. En torno a La Mano Negra (1881-1886) (Calumnia editorial, 2024) que viene a presentarnos a CNT Vitoria en esta ocasión. Es, además, colaborador habitual de nuestro Pandora, publicación local accesible tanto en papel como en formato digital en el repositorio de nuestra página virtual.
La obra que nos presenta en este encuentro nos lleva de viaje a los años finales del siglo XIX, en que la mayoría de las mujeres obreras están “en el primer estadio del darse cuenta: concebir que la situación precaria en la que se hallan no es natural ni está diseñada por la divinidad, sino que es fruto de la organización social, la cual puede subvertirse con la asociación y con la desfanatización religiosa.” Elevan sus voces entre otras cosas para contarnos que “no hemos venido arrastradas por nuestros maridos, sino convencidas [de] que la emancipación de nosotras y de nuestros hijos no la alcanzaremos más que con la unión de ambos sexos” y que “se incorporan a la organización -refiriéndose a la Federación de Trabajadores de la Región Española, FTRE- para librarse de la explotación [de] que el fiero capital nos hace víctimas”.
Agricultoras; cigarreras; arrazadoras; diversas sastras; camiseras; corseteras; corbateras; modistas; muchas tejedoras; encañadoras; roeteras; canilleras; dobladoras; rascanadoras; rozadoras; madejeras; torneras; urdidoras; torcedoras de seda; muchas campesinas; compañeras que odian el clero; cuantiosas desheredadas; hermanas, madres, hijas y compañeras de presos o encarceladas ellas mismas; jóvenes ateas; lavanderas; madres, hijas, hermanas y compañeras de anarquistas; mujeres con seis, siete u ocho hijos; multitud de amas de cría; mujeres recluidas tras los muros; obreras del campo; las que no quieren burgueses; las partidarias del amor libre; pastoras; labradoras; proletarias libres; revolucionarias; sirvientas; librepensadoras; ácratas todas ellas; las que esperan venganza y las que ansían arrasar; esas que luchan por la revolución social y aquellas que necesitan ver arder… nos llegan vivas gracias a las investigaciones de Ignacio C. Soriano Jiménez para alumbrarnos buenas sendas –eran ellas y somos hoy nosotras-, gritando “¿os han dejado por casualidad algo más que en la demencia, a merced de quien os quiera dar una libra de pan caro y malo?” en un intenso proceso de emancipación del que podemos aprender mucho.
Así que, anotad esta cita importante: viernes 8 de noviembre a las 19.30 horas en el número 65 de la calle Correría, porque Ignacio C. Soriano Jiménez nos ilustrará acerca del asociacionismo femenino anarquista; las secciones obreras decimonónicas; y el librepensamiento impregnado de ideas libertarias y anarquistas que fue indiscutible motor del progreso en una época no tan lejana. Conocer los detalles históricos, las fuentes de las que sigue manando la inspiración certera, se convierte en herramienta necesaria para pensar la utopía; ponerse manos a la obra; y, luchar por la revolución social.